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La libertad de aprender (Gustavo Esteva)

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"La universidad constituye un espacio de privilegio para colaborar en la eclosión de otros mundos posibles, centrados en la promoción directa de bien común. En su lugar, se encuentra sumergida en procesos que la desnaturalizan y en tal grado contraproducentes, que puede ser concebida como la Universidad Absurda. En paralelo, los movimientos sociales surgen mucho más cercanos del anhelo de bien común, con una densa experiencia de acción. La confluencia de universidad y movimientos sociales pueden abrir una puerta a la esperanza de un engendro mixto, potente y decididamente orientado al mundo mejor necesario" (Vicente Manzano-Arrondo y Azril Bacal Roij).

En este post se ofrece una primera versión, en formato blog, del artículo titulado "La libertad de aprender" correspondiente al número 80 (28.2) Agosto 2014, de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. Su autor es Gustavo Esteva


La libertad de aprender
The freedom to learn

Gustavo Esteva

Resumen

La Universidad de la Tierra en Oaxaca nació para dar forma práctica a la crítica radical del régimen educativo formulada en 1997 por los pueblos indios de Oaxaca. Es un espacio de aprendizaje libre que opera sin curricula, grados, diplomas, maestros o estructura jerárquica, para aprender, estudiar y reflexionar en la acción.  Apoya y facilita el aprendizaje, el estudio, la reflexión y las iniciativas de personas, grupos, colectivos, comunidades y movimientos sociales, bajo condiciones de libertad, autonomía y convivialidad.

Abstract

Universidad de la Tierra in Oaxaca was born to materialize a radical critique of education posed by the Indigenous peoples of Oaxaca in 1997. It is a space for free learning that operates without curricula, grades, diplomas, teachers or ierarchical structure, to learn, study and reflect by doing. It supports and facilitates learning, study and iniciatives of persons, groups, collectives, communities and social movements, under conditions of freedom, autonomy and conviviality.

Palabras clave

Libertad, Autonomía, Interculturalidad

Keywords

Freedom, Autonomy, Interculturality

_________________________________________


La resistencia india al sistema educativo

Los 16 pueblos indios de Oaxaca representan dos terceras partes de la población de ese estado del sur de México. En 1997, después de larga reflexión y debate en sus comunidades, expresaron públicamente su convicción de que la escuela había sido el principal instrumento del Estado para destruirlos. Recuperaban así una verdad histórica.  Como en muchos otros países, el sistema educativo nació en México con el propósito explícito de des-indianizar a los indios, es decir, de disolver sus culturas e incorporarlos, mediante la escuela, a las formas y normas culturales de la nación. Millones de indígenas dejaron de serlo, tras pasar por el molino escolar.

Poco después de esa declaración algunas comunidades oaxaqueñas empezaron a cerrar escuelas y expulsar a los maestros, para escándalo general. Las que persistieron pudieron demostrar que sus niños aprendían a leer, escribir, contar y muchas otras cosas mejor que quienes iban a la escuela. Pero les preocupaba que sus jóvenes no podrían continuar sus estudios, si así lo querían, porque no tenían certificación escolar. La Universidad de la Tierra en Oaxaca (Unitierra) nació como respuesta a esa preocupación y la que existía sobre otros aspectos del sistema educativo en el estado. Algunos niños no lograban leer bien el diploma que se les otorgaba tras seis años de educación primaria. Sólo uno de cada mil jóvenes indígenas podía obtener un diploma universitario y los pocos que lo conseguían difícilmente encontraban trabajo en aquello que estudiaron.

Unitierra fue fundada por una coalición de organizaciones indígenas y no indígenas, en la ciudad de Oaxaca, en 2001 (1) . Quienes crearon Unitierra tenían clara conciencia de la crisis del sistema educativo, reconocida en todas partes. No pensaban que las reformas que se estaban llevando a cabo serían capaces de resolver sus problemas y superar sus bien conocidas limitaciones. Querían crear una alternativa práctica para el aprendizaje libre de jóvenes y adultos, indígenas y no indígenas.

El bagaje teórico

Buena parte de quienes fundaron la Unitierra habían acumulado numerosas experiencias en materia educativa, poniendo a prueba muy diversos enfoques pedagógicos: Montessori, Steiner, Summerhill, Freinet, Freire… Habían llegado a la conclusión de que ninguno de ellos resultaba satisfactorio.

Compartían la crítica radical del sistema escolar de Iván Illich. Estaban convencidos de que era necesario abandonar la premisa central de la educación, el supuesto de que la instrucción es escasa, siempre ha existido y es universalmente necesaria. Pensaban que lo que hoy se llama educación es una creación moderna, que nació con el capitalismo y para propósito semejante.

Algunos de ellos habían practicado el método de Freire y experimentado sus limitaciones. Supieron, por el propio Illich (Cayley, 1992), que los caminos de ambos se separaron cuando Freire persistió en su empeño de mejorar la educación,  mientras Illich se dedicó a explorar por qué una sociedad decide educar a todos sus miembros. Illich pasó de la crítica a la escuela a la crítica de lo que la educación hace a una sociedad, es decir, la crítica de la manera en que la educación forja la creencia de que la gente necesita ayuda para percibir la realidad y para prepararse a vivir. Mientras Freire buscaba salvar la credibilidad de las actividades educativas, mejorándolas, Illich se dedicó a cuestionar las condiciones que dan forma a cualquier forma de educación, incluyendo la concientización de Freire, el psicoanálisis o cualquier otro método o enfoque. Unitierra optó por la propuesta de Illich.

En lo personal, como amigo y colaborador de Illich, había explorado con él las alternativas a la educación. Poco antes de participar en la fundación de Unitierra, publiqué un libro sobre las maneras de escapar de ella (Prakash,1998).

Las experiencias pedagógicas de los fundadores de Unitierra y sus marcos teóricos en materia educativa no pesaron tanto en la concepción y puesta en marcha de la iniciativa como la crítica radical de la sociedad actual, capitalista, moderna, patriarcal. Estaban convencidos de que el estado de cosas es básicamente intolerable y que el rumbo  adoptado por partidos y gobiernos en el mundo entero es tan inviable como inaceptable. No pensaban que las cuestiones ambientales o ecológicas puedan separarse de las sociales y políticas y que en todas esas esferas se había llegado a extremos destructivos muy peligrosos. Varios de los fundadores de Unitierra participaron por un año en un ejercicio de reflexión en la acción, para la construcción de un camino propio, que condujo a preparar una agenda para el país desde la sociedad civil, y en Oaxaca tomaron parte en un ejercicio semejante para concebir alternativas para el estado (Opciones Conviviales de México, 1998, 1999). De la experiencia y de esa reflexión conjunta de un grupo de activistas y protagonistas de movimientos sociales surgió el marco teórico que ha inspirado a Unitierra, que incluye las enseñanzas de autores como Bonfil, Deleuze, Gorz, Foucault, Illich, Marcos, Marx, Panikkar, Shanin, Scott, Villoro, von Werlhof (aquí en riguroso orden alfabético) y muchos otros.

El propósito

Se buscó crear un espacio autónomo y abierto para aprender haciendo, en que estudiar, como sugiere Illich, fuera la actividad gozosa de personas libres. Interesaba especialmente que jóvenes de comunidades indígenas sin certificación escolar pudieran continuar su aprendizaje en campos de su elección, para obtener dignidad e ingreso al practicar lo que aprendieran. Se quería participar directamente en la transformación de la sociedad, tanto en la resistencia al régimen dominante como en los empeños de crear una nueva sociedad más allá del capitalismo, la modernidad y el patriarcado.


La experiencia

1. Evolución y funcionamiento

Unitierra organiza y apoya programas personales de aprendizaje y estudio para quienes desean aprender habilidades específicas, explorar algún campo de conocimiento y acción, realizar investigaciones o involucrarse en las actividades de la Unitierra para aprender en la práctica en los grupos de estudio o trabajo. También organiza campañas de aprendizaje colectivo a escala local, regional y nacional, mediante foros, exhibiciones, materiales audiovisuales, ediciones y uso de medios convencionales y alternativos.

Para Unitierra el aprendizaje es un aspecto de la vida cotidiana que puede cultivarse y el estudio un ejercicio autónomo y gozoso de gente libre. Se concibe la investigación como reflexión en la acción y se privilegia el diálogo intercultural.

Un tema central de Unitierra es la construcción de autonomía. Es adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; comparte su convicción de que soluciones efectivas a los predicamentos actuales no pueden venir de arriba y que es preciso reconstruir la sociedad desde abajo, con base en la capacidad autónoma de vivir con dignidad, la cual recupera o construye un modo convivial de vida y desafía los  sistemas dominantes.

En un principio se definieron “campos de aprendizaje”, como la gestión ambiental comunitaria o la comunicación popular. Los jóvenes indígenas se inscribirían en alguno de ellos para adquirir los conocimientos, habilidades y destrezas que les interesaban. Los propios estudiantes fueron disolviendo paso a paso estos “campos” para construir, individual o colectivamente, experiencias de aprendizaje que correspondían más adecuadamente a su vocación y curiosidad.

Se formó pronto una red de personas y organizaciones amigas, dedicadas a hacer lo que los estudiantes querían aprender. Aceptaban a los estudiantes como aprendices, incorporándolos de lleno a sus actividades. Los estudiantes celebraban entrevistas periódicas con personas de Unitierra, para comentar con ellas sus avances y dificultades y en su caso ir a aprender con otras personas u organizaciones.

Este enfoque permitió mantener a bajo nivel los gastos de Unitierra, que se cubrieron la mayor parte del tiempo mediante la organización de programas de estudio para estudiantes e investigadores de otros países, a quienes se cobraban cuotas que permitían obtener un excedente económico para cubrir los gastos locales. En los últimos años esta fuente de recursos disminuyó considerablemente, porque muchas universidades, particularmente de Estados Unidos, decidieron no autorizar esos programas en México por la violencia existente. Al perder así más del 70% de sus ingresos, en un corto periodo, Unitierra entró en una crisis financiera aguda, que aún persiste, aunque ha logrado obtener algunos apoyos de fundaciones mexicanas y extranjeras.

Pronto se hizo evidente que muchos jóvenes indígenas no podían acudir a realizar sus aprendizajes en la ciudad de Oaxaca, donde se instaló Unitierra, porque no tenían en ella familiares o amigos con quienes pudieran hospedarse y alimentarse. Como consecuencia, Unitierra empezó a acudir a las comunidades, con diversas modalidades. En general, se busca identificar con ellas los campos en que se desea aprender algo, conjuntamente, a fin de ocuparse en forma autónoma de las diversas esferas de la vida cotidiana: comer, aprender, sanar, habitar, intercambiar, moverse…

Con el pasar de los años, diferentes generaciones pasaron por Unitierra y la fueron transformando. Funciona como si fuera  hamaca: se adapta al cuerpo, las preferencias y las búsquedas de quienes participan en ella, en vez de que quienes la utilizan tengan que adaptarse a las formas y agendas de una “ventanilla cuadrada” como las que definen el mundo institucional. En la actualidad, las actividades de Unitierra toman la forma que les dan personas, grupos o colectivos, comunidades y movimientos sociales que la emplean para diversos propósitos.

Unitierra está formada por grupos de interés, de aprendizaje o de trabajo. Para la articulación de los diferentes esfuerzos, se realizan asambleas generales en donde se reúnen todas las personas que participan de manera constante en algún grupo de trabajo o aprendizaje, con la función de articular los diferentes esfuerzos.

Algunas de las personas que constituyen Unitierra dedican a sus actividades en ella una porción sustancial de su tiempo y derivan de ello un ingreso, aunque no son empleados. Las demás acuden a Unitierra en forma regular, para participar en alguna de sus actividades, pero sin dedicarse enteramente a ella.

No existen jerarquías formales o profesionales en Unitierra. Para la organización y administración de sus actividades opera un consejo de coordinación que preside en forma rotatoria alguno de sus miembros. Se forman también comisiones para actividades específicas.

2.- Aprendizaje

Unitierra organiza programas y estancias de aprendizaje para personas comunes, estudiantes, profesores e investigadores, nacionales y extranjeros, para los que se conciben y conciertan programas específicos de actividad que incluyen ciclos de estudio en sus instalaciones y visitas a experiencias específicas o estancias en comunidades.

Los métodos de aprendizaje de Unitierra ponen énfasis en lo siguiente:

• Aprender del mundo, más que sobre el mundo: aprender realizando las actividades que constituyen lo que se quiere aprender, como aprendices de quienes se dedican a ellas.

• Aprender a transformar la realidad y servir a otros, particularmente a las propias comunidades y regiones de origen.

• Someter el aprendizaje al control de quien aprende, a su ritmo propio y a sus maneras de trabajar, no al de tutores, maestros o burócratas.

• Aprender a aprender por uno mismo: aprender a dominar los métodos de seguir aprendiendo lo que uno quiere o necesita.

• Aprender a aprender con otros, en círculos de estudio, talleres, seminarios o conferencias.


Un seminario semanal abierto, “Caminos de la Autonomía”, que nació con Unitierra, articula sus diversas actividades. Tiene lugar todos los miércoles a las 4.00 pm. Cada semana se produce una relatoría de la sesión y una compilación de lecturas, con noticias de la semana y textos pertinentes para la discusión.

Por varios años, a partir de 2003, el seminario se concentró en el estudio del pensamiento de Iván Illich, por considerar que su obra anticipó por décadas la evolución de las instituciones dominantes, la crisis a la que inevitablemente llegarían y la forma en que reaccionaría la gente cuando llegaran a su fin. El estudio de Illich impulsó a seguir algunas de las líneas de reflexión que dejó abiertas, como la del papel del texto en la configuración de la mentalidad moderna. Desde febrero de 2008 el seminario se dedica a reflexionar sobre el modo convivial de vida y los caminos de la autonomía, intercalando análisis de coyuntura.

Unitierra organiza regularmente seminarios (grupos de estudio y acción), talleres de aprendizaje o reflexión sobre temas específicos, “diplomados” (programas de estudio en común por periodos amplios, ¡sin diploma!), presentaciones y discusiones de libros y otros materiales, conferencias y diversos eventos.

Los seminarios que actualmente se realizan son: Más allá del patriarcado; Al derecho y al revés (el uso de los procedimientos jurídicos cuando se deteriora el estado de derecho en un estado de excepción no declarado, el pluralismo jurídico y la estructura formal de la libertad); Alternativas a la “educación” y la “salud”: teorías y prácticas para aprender y sanar; De la “informalidad” a la comunalidad; Naturaleza de la crisis/colapso del sistema dominante.

3. Reflexión en la acción

Las actividades de investigación de Unitierra se definen como un ejercicio riguroso, disciplinado, documentado y público. No es una interpretación personal, caprichosa, improvisada, superficial o privada. Quien repitiera el ejercicio ateniéndose a sus reglas debería llegar a los mismos resultados. Sus principales instrumentos de trabajo son la observación (como experiencia de relación), el diálogo (dialéctico y dialógico), la reflexión sistemática (con énfasis en la glosa) y la documentación (escrita y audiovisual).

Entre las líneas de reflexión en la acción seguidas hasta ahora destacan las siguientes: el tratamiento intercultural de la oralidad y su comparación con la civilización textual y la postextual; la teoría y la práctica de la sociedad convivial; el estudio pluralista de comunidades de aprendizaje; los caminos de la autonomía (con énfasis particular en la soberanía alimentaria); las innovaciones tecnológicas y la recuperación de la herramienta (sanitarios secos, invernaderos caseros, dispositivos de energía solar, bicimáquinas, ecoleña, etc.); las culturas del maíz; la creación de medios autónomos y la comunalizacion de los medios; el buen vivir, más allá del desarrollo; de la informalidad a la comunalidad (de los trabajadores directos de la fábrica social –tradifas- a los ámbitos de comunidad);  más allá de la modernidad y la posmodernidad, en el marco de la crisis/colapso del sistema (postcapitalismo y postpatriarcado).

Unitierra realiza una reflexión y documentación sistemáticas sobre el llamado “sector informal”, lo que incluye el estudio de las crisis actuales y sus consecuencias, las opciones abiertas y en particular la situación y perspectivas de los ámbitos de comunidad. El estudio comprende un análisis comparativo en el plano internacional.

4. Inserción en la movilización social

Unitierra participa en empeños de transformación social y construcción de autonomía, que buscan regenerar el tejido social de barrios urbanos y comunidades suburbanas de los valles centrales de Oaxaca, así como algunas otras áreas del estado, mediante el aprendizaje colectivo de formas  autónomas de acción comunitaria y autogestión (acompañamiento a cooperativas, construcción colectiva de ecotecnias, realización de huertos urbanos, etc.).

Colectivos de medios impresos y audiovisuales producen algunos de sus materiales en instalaciones de Unitierra, que cuenta con una cabina de radio para la transmisión por internet y realiza diversas actividades de difusión.

Unitierra apoya esfuerzos autónomos de colectivos, cooperativas, centros de producción de prácticas y tecnologías alternativas, proyectos de medios libres, entre otros, de diferentes partes Oaxaca, del país o del mundo, que se acercan a ella.

A partir del análisis de su propia práctica, en 2003 Unitierra amplió los espacios de aprendizaje a las comunidades y no sólo a las personas que acudían a sus instalaciones en la ciudad de Oaxaca. Empezó así a trabajar con las propias comunidades y con los barrios urbanos en una  lucha por la regeneración cultural. Adoptó como lema el que han estado usando los pueblos indios: Arrancaron nuestros frutos, quebraron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos, pero no pudieron secar nuestras raíces. Inició con ese enfoque, en 400 comunidades de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, una iniciativa de regeneración en la que participaron miles de personas y generó muy diversos empeños de transformación. Se preparó amplia documentación audiovisual y escrita, basada en la intervención de las propias comunidades y barrios, así como en los materiales que se prepararon para apoyar al equipo que trabajó con ellos.

A lo largo de los años Unitierra organizó diferentes campañas públicas, como otra forma de aprendizaje colectivo. Entre ellas destacan:

• Sin maíz no hay país – La campaña empezó en 2003, con una exhibición museográfica en la ciudad de México (con duración de nueve meses y un millón de visitantes), un libro, discos, folletos, cápsulas de radio y televisión y otras actividades. Actualmente el lema es utilizado por una variedad de grupos en todo el país para realizar acciones que son consistentes con el planteamiento original de Unitierra. Una de sus expresiones en Oaxaca es la Red Estatal En Defensa del Maíz, cuyas campañas incluyen la resistencia al maíz transgénico.

• América Profunda– También en 2003 se hizo un encuentro en la ciudad de México con personas de 36 pueblos del continente americano, para reflexionar sobre las maneras indias de existir, para afirmarlas y para enlazar sus empeños. Se publicó un libro sobre el encuentro y se mantienen publicaciones y actividades diversas en varios países de la región a través de una red.

• Defensa ecológica – Unitierra apoyó la concepción, fundación y mantenimiento de la Comisión Oaxaqueña de Defensa Ecológica y del Foro Oaxaqueño del Agua, como organismos mixtos de acción conjunta de todos los sectores de la sociedad y el gobierno.

• Otros – Se han realizado otros empeños de aprendizaje colectivo por distintos medios:

o Publicaciones: Ediciones ¡Basta!; Palapa Editorial El Rebozo;

o Radio, por la red (Radio Unitierra y Radio Tlayuda) y en radios comunitarias, a 25 de las cuales se contribuyó a equipar;

o Por medios electrónicos: talleres sobre su empleo, páginas como oaxacalibre, series de programas por internet como “Días de Furia”, etc.;

o Foros, ferias y festivales, como las dos ediciones del Foro Nacional de Tecnologías Alternativas, con participación de organizaciones de diez estados y cinco países, y el Primer Festival por la Autonomía en el Museo del Ferrocarril en la ciudad de Oaxaca.

Unitierra siempre ha estado profundamente inmersa en procesos de cambio social y político. En 2006 la coyuntura política nacional y local determinó fuertemente acciones de todos los colectivos, organizaciones civiles y espacios sociales independientes de Oaxaca, incluida la Unitierra. En primer lugar, la Otra Campaña y el Delegado Zero pasaron por Oaxaca al principio de su recorrido por todo el país. La caravana estuvo en las instalaciones de Unitierra, enlazando las luchas de la gente común, las comunidades indígenas, las mujeres, los otros amores, los estudiantes y trabajadores del campo y la ciudad. Pocos meses después la insurrección popular oaxaqueña articulada en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) demostró que en las ciudades el pueblo puede gobernarse de manera comunitaria y democrática. En este proceso de insurrección, la Unitierra participó en el Espacio Civil, en la cobertura de los medios libres (como la página oaxacalibre.com, que se convirtió en fuente significativa de información sobre el movimiento), en la organización de una iniciativa de diálogo para ampliar la participación civil en el movimiento y en muchas otras actividades.

Unitierra también ha participado intensamente en muchos otros movimientos e iniciativas: el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que a partir de mayo de 2011 ha manifestado un rechazo radical a la guerra del gobierno contra la población; el movimiento Somos132, que aglutinó a jóvenes universitarios contra el candidato presidencial del PRI y los medios comerciales; y el Tribunal Permanente de los Pueblos, un espacio de construcción de justicia desde abajo sobre diferentes ejes. Más recientemente, desde agosto de 2013, miembros de Unitierra participaron en la Escuelita “La Libertad según las y los zapatistas”, para aprender directamente en las comunidades las experiencias de construcción de autonomía y libertad.

La Unitierra ha impulsado diferentes espacios independientes, que mantienen su propia autonomía. Entre ellos:

• Universidades de la tierra. Unitierra compartió su experiencia con los fundadores de la Unitierra Chiapas, de la Unitierra Califas (en el área de la Bahía y en el sur de California) y de la Unitierra Puebla, que operan en forma independiente. Mantiene interacción regular con grupos de diferentes partes de México y el mundo que se han inspirado en la Unitierra y realizan esfuerzos semejantes, como la cooperativa Chocosol-Toronto.

• Foro Oaxaqueño del Agua. Unitierra contribuyó a la fundación y participa en la operación de este espacio de acción transformadora en el campo del agua, en el que participan los tres niveles de gobierno y muy diversos actores de la sociedad civil de Oaxaca. El Foro ha sido impulsado y operado por el Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO), que participó en la fundación de Unitierra y colabora con ella. El foro ha logrado elaborar el Plan Común para un Bien Común, que intenta definir las acciones y políticas a seguir en relación con el agua en toda la cuenca que incluye los valles centrales de Oaxaca.

• Centro Autónomo de Creación Intercultural de Tecnologías Alternativas (CACITA). Unitierra apoyó su creación y ha colaborado con CACITA en la producción de prácticas y tecnologías alternativas en Oaxaca.

• Casa Autónoma Solidaria Oaxaqueña de Trabajo Autogestivo (CASOTA, activa hasta el 2011). A través del Centro de Documentación Iván Illich, instalado en CASOTA, Unitierra participó en este empeño independiente de una red de iniciativas autónomas, que realizaban actividades orientadas a contribuir al fortalecimiento, la organización y la autonomía de colonias populares y comunidades indígenas de Oaxaca.

• Cooperativa El Rebozo. La Unitierra hospeda en su espacio físico un pequeño taller editorial y una distribuidora de libros de editoriales independientes de la cooperativa el Rebozo, un proyecto autogestivo, político y cultural cuyos miembros están activos en diferentes actividades de Unitierra.

• Círculo Veredas Autónomas. A partir de la reflexión sobre el zapatismo en el Seminario Caminos de la Autonomía se creó el Círculo de Información y Apoyo Veredas Autónomas, que realiza acciones de difusión y solidaridad en el marco de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
A principios de 2014 se realizó un esfuerzo para identificar los principales  campos de acción de Unitierra, vinculados a luchas específicas:

• La lucha zapatista: Círculo Veredas de la autonomía, seguimiento de la Escuelita Zapatista y diversas articulaciones y eventos.

• La lucha por la reconstitución de los pueblos de Oaxaca: Foro estatal de los pueblos indígenas y negro afromexicano de Oaxaca, proceso de reforma constitucional.

• La lucha por el maíz: Red Estatal En Defensa del maíz, audiencia de maíz del Tribunal Permanente de los Pueblos, publicaciones.

• La lucha por la defensa del territorio y del agua: cartografía comunal, diversas iniciativas y eventos, Foro Oaxaqueño del Agua y Plan Común para un Bien Común, e iniciativas conectadas con ellos, así como en el  Frente de Autoridades de los Valles Centrales y el Comité de Comunidades para la Defensa del Agua.

• La construcción de la autonomía: empeños varios de regeneración, espacio de investigadores comunitarios en defensa de la Madre Tierra, organización de cajas de ahorro y moneda alternativa, formación de cooperativas.

• La lucha por la soberanía alimentaria: producción urbana de alimentos, formación de redes de intercambio, mejoramiento de los cultivos, regeneración de jardines forestales, cría de abejas meliponas.

• La lucha por el aprendizaje libre: organización de grupos, comunidades y estancias de aprendizaje personales y en grupo.

• La lucha por la sanación autónoma: estudio y práctica de maneras de sanar, uso de plantas medicinales, producción autónoma de remedios.

• La lucha por la palabra: ediciones, radios comunitarias, radio por internet, redes sociales, producción de videos, teatro.

• La lucha por la reflexión autónoma, en los diversos campos de estudio y en sus iniciativas.

El camino

Unitierra cumplió su propósito original, a pesar de sus múltiples limitaciones. Ha conseguido inscribirse en los movimientos sociales, particularmente en Oaxaca, como un espacio libre de aprendizaje y reflexión autónoma. Se han formado en ella numerosas personas y se ha contribuido eficazmente a iniciativas y reflexiones colectivas a muy diversos niveles. Puede ser identificada como un dispositivo de producción autónoma de conocimiento y de prácticas transformadoras.

Se ha librado en Unitierra una batalla continua para liberar a quienes participan en ella de sus prejuicios sobre la instrucción y la educación. La crítica inicial fue insuficiente y durante mucho tiempo siguieron atrapados en diversas actitudes y prácticas que resultaban contrarias a su propósito. La intención misma se modificó en el curso de los años, al escuchar más atentamente lo que personas y comunidades querían y profundizar la crítica. Todavía falta un largo camino por recorrer.

Las limitaciones económicas se han convertido en una traba constante para el empeño. A pesar de la moderación en los gastos, de la autonomía que han estado consiguiendo a nivel personal y familiar cuantos participan en Unitierra, de los esfuerzos de autosuficiencia y de políticas de colaboración y solidaridad que reducen los requerimientos financieros, la falta de recursos económicos es un obstáculo permanente. Es evidente que no se ha encontrado hasta ahora una forma adecuada de sostener económicamente la operación en forma fluida.

El impacto en la sociedad en conjunto sigue siendo muy limitado. Domina aún el prejuicio sobre la necesidad de la instrucción y la violencia que abarca todos los aspectos de la vida limita los empeños de transformación. Si bien no hay lugar para el optimismo, en la situación catastrófica actual, lo hay sobradamente para la esperanza.


Referencias

CAYLEY, D. 1992. Ivan Illich in conversation. Toronto: Anansi Press.

OPCIONES CONVIVIALES DE MÉXICO. 1998. La construcción de un camino propio.  Ciudad de México: Opciones Conviviales de México.

OPCIONES CONVIVIALES DE MÉXICO. 1999. Un proyecto para México desde la sociedad civil. Ciudad de México: Opciones Conviviales de México.

PRAKASH, M.S. Y GUSTAVO ESTEVA. 1998. Escaping education: Living as learning within grassroots cultures. Nueva York: Lang.



NOTAS

(1) Fueron: Asesoría Técnica de Comunidades Forestales; Bibaani; Centéotl; Centro Cultural Triqui; Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales; Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca; Comité de Voluntarios para la Reforestación y la Protección del Ambiente; Coordinadora Estatal de Productores de Café; Fundación Comunalidad; Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca; Opción; y Servicios del Pueblo Mixe. Dos de esas organizaciones han desaparecido y una ha dejado de colaborar en Unitierra, pero las demás y otras organizaciones indígenas y no indígenas siguen vinculadas a la iniciativa.
__________________


Sobre el autor

Gustavo Esteva Figueroa es activista social e intelectual público desprofesionalizado. Trabaja en forma independiente y en organizaciones y redes locales, nacionales e internacionales, algunas de las cuales ha contribuido a crear, como el Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales, la Universidad de la Tierra en Oaxaca, la Red Intercultural de Acción Autónoma y la International Network for Cultural Alternatives to Development. Fue asesor de los zapatistas en su diálogo con el gobierno y participó en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Es columnista de La Jornada. Ha recibido numerosas distinciones académicas y ha publicado más de 30 libros y cientos de ensayos. Vive en un pueblo zapoteco de Oaxaca, en el sur de México /// gustavoesteva@gmail.com


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