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La LOMCE ¿Una Ley más de Educación? (José Gimeno Sacristán)

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Se anticipa aquí -en preprint / formato blog- un artículo de Jose Gimeno Sacristán (Universidad de Valencia), que lleva por título La LOMCE ¿Una Ley más de Educación?, artículo que forma parte de una monografía titulada La LOMCE y la posdemocracia en educación, que, coordinada por Carmen Rodríguez Martínez, se publicará en el número 81 (28.3), diciembre 2014, de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (rifop).


La LOMCE ¿Una Ley más de Educación?   ///   The Spanish Organic Law on the Improvement of the Quality of Education (LOMCE): another Law on Education?

José Gimeno Sacristán (Universidad de Valencia)



RESUMEN: Es difícil hacer una análisis de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) porque es compleja y hay que analizarla en sus propuestas explícitas, así como en el currículo oculto. El partido Popular, que ha mezclado en el texto las reivindicaciones de los grupos ideológicos que apoyan las políticas conservadoras, muestra importantes contradicciones en las propuestas que dice que va a desarrollar y la que verdaderamente aplica en los territorios en los que gobierna.

PALABRAS CLAVE: Programa de estudios, Conservadurismo, Política de la educación, Reforma educativa

ABSTRACT: It is difficult to make an analysis of the LOMCE because it is complex and must be analysed in terms of its explicit proposals, as well as in terms of the hidden curriculum contained within it. The Popular Party (PP) has littered the text with the claims of ideological groups supporting conservative policies, showing significant contradictions between proposals to be implemented and those which they are actually implementing in the territories where they govern.

KEYWORDS: Programme studies, Conservatism, The politics of education, Educational reform

La LOMCE: una ley controvertida

¿Qué se puede decir que no haya sido dicho acerca de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa  (LOMCE)? Esta ley no ha tenido un buen comienzo y no trasmite indicio alguno sobre un futuro mejor y esperanzado. Ha sido muy contestada en la calle, en los centros; un rasgo que la define frente a otras leyes.

El protagonismo de los jóvenes, insatisfechos e indignados, sin un futuro claro y poco prometedor, ha sido una de las novedades del rechazo a una iniciativa para ellos negativa que ha llenado las calles y plazas con reivindicaciones. Se ha descubierto la fragilidad de la sociedad del bienestar a la que nos habíamos acostumbrado, a pesar de que no habíamos llegado lejos en su disfrute. El eslogan con más presencia alude a la defensa de la educación pública.

El Partido Popular (a partir de ahora el PP) nos ha mostrado qué proyecto de sociedad tiene y qué papel desempeña la educación en ella. La Ley sirve a una política de corte neoliberal que desarrolla este partido allí donde gobierna. Privatiza los servicios públicos, acusando a éstos de ser ineficientes, caros y de constituir un obstáculo para el ejercicio de la libertad de elegir. Se trata de que se olvide que las instituciones públicas pueden funcionar bien o mejor que las privadas. No existe evidencia de que los dogmas neoliberales produzcan los efectos que prometen. Lo privado, sólo por serlo, no proporciona mejores servicios ni es más barato. En las pruebas PISA, la posición de nuestro país es desfavorable, sin embargo España tiene uno de los porcentajes más altos de educación privada. Es el triple de la media de los países de la UE.

La LOMCE será recordada como un instrumento que sirvió al abandono y deterioro del sistema público de educación y que incrementó la brecha social de la desigualdad.

No podemos olvidar que es una Ley que se elaboró, se aprobó y se desarrolla ahora en el contexto de una crisis profunda que ha sido abordada por un Gobierno conservador con mayoría parlamentaria absoluta, con medidas de política económica para contener el déficit a base de recortar los recursos dedicados a la educación y a la sanidad, lo que ha constituido el motor principal y la fuerza que ha desatado las protestas. La filosofía del Gobierno respecto de la prioridad de servicios públicos como la educación ha quedado clarificada una vez vistos los hechos.

Por las restricciones presupuestarias ha bajado el salario del profesorado, han empeorado las condiciones de trabajo, se han suprimido programas, ha desaparecido el perfeccionamiento del profesorado, la investigación ha sufrido un  duro golpe…

La Ley ataca no sólo a derechos fundamentales por la política a la que sirve, sino que, en vez de poner el sistema educativo como un elemento que mitigue los efectos negativos de la crisis deteriora sobre todo a la red de centros públicos. El malestar en la educación se suma a otros como la dificultad de acceder a la primera vivienda, retraso sine die de la independencia respecto de la familia, el desempleo y la falta de visión del porvenir en su propio país, el impedimento del acceso a los estudios superiores por el encarecimiento de las matrículas, al tiempo que se endurece el acceso a becas cada vez más escasas...

Hará falta investigar cómo está incidiendo en los menores las vivencias en las familias sin recursos, desahuciadas de sus hogares, los problemas de la pobreza en general y su incidencia en la escolaridad, en la atención en las aulas y en la dedicación al estudio, en el apoyo familiar a las tareas en casa, cuando faltan recursos familiares para comprar los libros de texto… Es decir, urge revisar el discurso dominante volviendo la mirada a una pedagogía de la pobreza (Arroyo  2013).

La LOMCE no aprovecha los conocimientos procedentes del estudio y evaluación de las reformas educativas en otros países y en el nuestro, no recoge los principios que emanan de la investigación educativa, ni entiende de las preocupaciones que muestra el pensamiento sobre la educación. Ni siquiera recoge las sugerencias que proporcionan las organizaciones e instituciones trasnacionales. Los pobres resultados que nuestros alumnos y alumnas obtienen en las pruebas externas (tipo PISA) son una llamada de atención que habría que encarar. Sin embargo no tenemos noticias de que las administraciones se hayan inquietado por eso. Las calificaciones correspondientes a las áreas de Lectura y Matemáticas no son buenas en los sucesivos informes PISA, desde el año 2000 (OCDE; 2000) que es cuando se publicó el primero. Entonces, como ahora, ocupábamos en el ranking de la OCDE un puesto inferior al de la media de los países participantes en los estudios de sobre ambas materias. Catorce años después, ¿qué han hecho las sucesivas administraciones para paliar la situación. Desconocemos si se ha tomado alguna medida seria. La única respuesta ha sido poner más filtros selectivos en el sistema.

A la vista de lo que esta ocurriendo, las líneas de progreso que creíamos consolidadas, sin retroceso posible, sí que podemos perderlas. Algunos de los problemas que esta Ley dice querer atajar y que, según sus proponentes, son efecto, de la LOGSE, que extendió la escolaridad obligatoria hasta los 16 años con un modelo comprensivo flexible, no van a desaparecer, sino que se van a agravar, porque no enfocan el problema en su raíz. Porque el fracaso escolar o el abandono escolar no lo soluciona la LOMCE, sino con medidas que no se aplican allí donde ahora está gobernando el PP. La mejor solución –cínica- de un problema es no nombrarlo para que se olvide que existe. Así, por ejemplo, curiosamente, el PP, que hizo una dura oposición a los gobiernos del PSOE utilizando el fracaso escolar como arma arrojadiza, comienzan a comportarse como si esa lacra ya no existiese. De hecho, sorpresivamente, ese término no aparece ni una sola vez en el texto la LOMCE; siendo una Ley que lleva en su título las palabras Mejora de la Calidad.

La LOMCE es una ley que transpira desconfianza en las posibilidades de que el sistema educativo se regenere si no es presionando y controlándolo para que demuestre su efectividad. La estructura de la ley la constituye un conjunto de negatividades en el plano social, cultural, psicológico y educativo. Desde su nacimiento, el PP utilizó las debilidades del sistema como un arma arrojadiza para minar la credibilidad política de sus adversarios, a pesar de que la LOGSE fue desarrollada por administraciones de diverso color político. Hemos estado escuchando hasta la saciedad que las leyes de los gobiernos socialistas habían destruido la calidad de la educación. Pensar que las leyes tienen un poder de irradiación liberadora o dañina inmediata sobre el sistema es una ingenuidad. Los sistemas sociales y culturales no cambian por mutación, sino evolucionando, ensayando soluciones.

Tampoco esta ley va a darle un vuelco a toda la historia.  Obviamente existen responsabilidades y omisiones anteriores que cabe atribuir a los dos partidos mayoritarios que vienen gobernando.

Estamos ante un ritual que se repite, una vez más, en nuestra historia: se imponen nuevos lenguajes que plantean aparentemente nuevos escenarios, cambios de objetivos, contenidos y métodos, se obliga al profesorado a adoptar retóricas y normas de actuación que se presentan como la nueva y la mejor alternativa posible para renovar la enseñanza (Recordemos los  esfuerzos inútiles de suplantar el sentido común más o menos depurado por la teoría del constructivismo en el desarrollo de la LOGSE en los años 90). Ahora  es el turno de las competencias, idea que comenzó con la LOE del gobierno socialista de Zapatero, y que ahora se quiere profundizar.

¿Está fundada la esperanza depositada en las leyes de educación?

Las grandes leyes de educación constituyen la concreción y la expresión más clara de la política educativa de los gobiernos y de los países. En nuestro caso es una costumbre de política educativa bastante arraigada ver a las leyes de educación como un acontecimiento al que se aprecia como si fuera un instrumento todopoderoso para provocar los cambios que se desean alcanzar. La política educativa, el proyecto que subyace a la misma, de alguna manera expresa el grado de ambición para acercarnos a un ideal de sociedad. Por lo general, las políticas se suelen justificar utilizando razones que aluden bien a necesidades sociales y de bienestar de los ciudadanos, para ajustar el sistema educativo a las directrices dictadas por organismos transnacionales, bien para responder a las demandas del mercado laboral, etc. No es infrecuente utilizarlas para imponer las visiones ideológicas de los gobiernos.

Debemos distinguir dos planos en el uso del concepto de política educativa. Uno, cuando se refiere al gran proyecto que afecta a todo el sistema de la educación en el marco de los requerimientos de la sociedad actual. Es la Política con mayúsculas (la macropolítica). Dos, existe otra política de lo concreto, de lo pequeño, que se refiere a cómo se abordan los problemas puntuales (es la micropolítica), el quehacer cotidiano de las administraciones gestionando los temas que se le van planteando. De alguna forma y en alguna medida se supone que lo lógico es creer y confiar en que la micropolítica se subordinará a la macropolítica, pero ese supuesto no se cumple siempre y cuando lo hace es una coincidencia muy imperfecta. También podemos encontrar casos de incongruencia, de oposición y hasta de conflicto entre quienes actúan en nivel macro y en el micro.

En la LOMCE se proponen líneas de acción relativas a la macropolítica, con llamativas incongruencias entre algunas de ellas. No se puede apostar, por ejemplo, por el desarrollo del talento de  cada uno y al mismo tiempo concentrar el currículum en las áreas “básicas”. Hay incoherencias entre las llamadas a la autonomía del profesorado y una regulación hiper-exhaustiva del currículum. ¿Cómo puede defenderse la importancia de la Formación Profesional, al tiempo que los contenidos aplicados o prácticos, que son los considerados como más propios, tienen menos prestigio que los teóricos o académicos?


El escepticismo optimista

Creemos que es prudente mantener algunas prevenciones.

a) Es preciso comprender que las políticas educativas por sí solas no pueden remediar siquiera los retos abordados por ellas: los problemas, los déficit que las políticas educativas tienen que atajar dependen de otras políticas (sociales, de empleo, de juventud, inmigración, …).

b) Existen trampas en el lenguaje que restan autenticidad al discurso y al proyecto de la política. Es frecuente invertir el sentido de las palabras y sus relaciones con los hechos. Esa falsificación imposibilita el diálogo que tan importante es en educación, impide caminar juntos y pervierte la democracia.

Por ejemplo, el PP pudo en muy poco tiempo darle un giro radical a las prioridades que muestran dos textos muy distintos del preámbulo de la LOMCE.






Son dos textos de la misma “autoría” concebidos y divulgados en dos momentos de la tramitación del proyecto de la LOMCE. ¿Dónde está la verdad? Se dice que la mejora del nivel educativo de las personas supone abrir las puertas del empleo de alta cualificación, cuando sabemos de la emigración de titulados superiores o del alto porcentaje de “sobre titulados”.  Se dice que todo joven tiene un sueño y posee talento, pero ¿cómo va a realizar las proezas con ese talento, cuando lo que se les propone es más cerrazón del currículum, más peso de la evaluación…?

c) Las leyes generales como la LOMCE no son el único instrumento de la política educativa e, incluso, en muchos casos no deberían ser necesarias para desarrollar una determinada opción política. Sobran porque además de ellas, disponemos de espacios para actuar con capacidad de iniciativa en el sistema educativo. El universo que aborda una ley de educación no es todo el universo posible de temas, problemas y vías de acción. Lo que ocurre es que a las grandes reformas educativas se les ha dado el papel de ser una especie de rito de celebración de una buena nueva que hace visible la política que tienen los gobiernos. Los textos y los tiempos de las leyes cuándo se promulgan o cuando se reforman desestabilizan el sistema, lo sacuden, pero tras su aprobación todo parece quedar igual y calmado, sólo que más decepcionados quienes esperaban más.

d) Las grandes leyes concretan su sentido al ser desarrollarlas por medio de legislación y normativas de rango inferior. Este desarrollo puede dar lugar a mejorar o a empeorar la propuesta que hace el texto original. Se suele atribuir al Conde de Romanones la sentencia : “Ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento”.

e) Las prácticas educativas se configuran, y se desarrollan guiadas por la costumbre, el hábito y por la cultura pedagógica en general. Hay una cultura que encamina las acciones que vamos tomando que afecta tanto a los receptores de las políticas educativas como a los que las establecen. Más adelante veremos cómo en la política curricular los gobernantes de cualquier signo caen en brazos de la costumbre que dificulta el cambio y también frena la falsa o irrelevante innovación y la insensatez. Las costumbres son una rémora unas veces y un punto de apoyo en otras.

El profesorado no opera cada mañana viendo lo que le dicen las leyes a la hora de hacer algo en el aula. Importante será ver cómo y en qué medida las leyes pueden cambiar esa cultura. Se ha hablado mucho acerca de las reformas educativas, concretamente sobre la inutilidad de cualquier propuesta de cambio planteado de arriba hacia abajo, sin contar con la complicidad de los docentes. Es inútil pensar que los profesores se conviertan súbitamente a un nuevo credo o metodología, En todo caso pueden evolucionar si se proponen los cambios con un discurso potente, claro y retador, ensayando pautas de acción. Cuando a través de las leyes, por ejemplo, se quiere transmitir formas de pensar y de actuar teniendo como referencia las competencias, por ejemplo, el profesorado debería solicitar al Ministerio o Consejería de Educación: “Por favor, perdonen. ¡Denme un ejemplo!.

f) Las leyes generales son complejas porque la realidad también lo es, sencillamente y, como ocurre en toda intervención humana, especialmente en el campo de lo social, siempre se derivan efectos imprevistos al remover el orden establecido de las cosas.


La calidad como bandera

Algunos de los problemas e insuficiencias que denuncia y aborda esta Ley se engloban y se pueden resumir en un diagnóstico: la falta de calidad de nuestro sistema educativo.

Por los datos que tenemos podemos decir que la educación puede mejorar. Se producen en altos niveles de fracaso escolar, de abandono prematuro, existe un bajo nivel de graduaciones en Bachillerato, hay desafección en el alumnado, existen déficit en la formación del profesorado, se observa en éstos desmotivación y falta de estímulos profesionales, contamos con un alto porcentaje de la población adulta que no ha alcanzado la titulación del Bachillerato… La LOMCE, recoge esas preocupaciones -fundamentalmente en el preámbulo que no compromete- pero yerra en el camino que elige para superarlas, incluso en algunos casos esa negatividad es probable que se incremente.

No se han producido debates serios y públicos y no se  ha contado con una discusión serena y razonada para poder llegar a un consenso, al menos en la visón del problema. Se suele coincidir con más facilidad en la valoración de lo que no es positivo, mientras que es más difícil ponerse de acuerdo en qué es lo “bueno” y con qué planes y medidas podemos mejorar.

El Gobierno del PP acumula en el concepto de la calidad, por un lado, todo lo que cree que no funciona y, al mismo tiempo, extiende el significado de ese término mágico a todo lo que ellos proponen y hacen y que reconocen como componentes de la calidad.

Hemos oído decir a personas que tienen responsabilidades en lo que ocurre, por ejemplo, que la selección del profesorado se puede mejorar aplicando pruebas objetivas en dicho proceso, saberse mejor los ríos de España, la fecha del levantamiento del pueblo de Madrid contra Napoleón (2 del 5 de 1808), o la del día que nació el Presidente del Gobierno. ¿Cómo aceptar una Ley en cuyo nombre figuran las palabras mejora de la calidad, cuando se cae en esas propuestas o cuando se aparta del sistema a varias decenas de miles de profesores y profesoras y se disminuye el gasto público en educación mientras se rescata a algunos bancos; ver cómo aumenta el número de alumnos en las aulas cuando empieza el curso sin que esté cubierta la plantilla de docentes del centro o cuando el profesorado tiene que asumir la enseñanza de materias que no son de su especialidad y para las que no está preparado.

El concepto de calidad viene introduciéndose en el lenguaje desde hace tiempo en el argot educativo que utilizan los administraciones y los “expertos” de los organismos internacionales. Un simple recuento de las veces que aparece citado el término calidad en los textos de las leyes que pretenden ser el origen de grandes reformas nos muestra la penetración progresiva de dicho concepto. En el siguiente gráfico puede apreciarse el ritmo de progresión del uso del término calidaden las seis leyes fundamentales que se han sucedido en los últimos 40 años.





El ascenso de frecuencias es independiente del color del partido político que ha estado en el gobierno. La LGE (1970) fue una ley modernizadora que mejoró notablemente la calidad de la educación y, sin embargo, sus proponentes no necesitaron echar mano del concepto de calidad.

Estamos ante un término que es confuso,  que incorpora valores sobre los que no existe consenso general, ni siquiera en qué significan las buenas calificaciones de los alumnos. No es un hecho baladí que las dos leyes correspondientes a gobiernos de PP, lleven en su rotulo el término calidad. La relatividad del término aplicado a una ley de educación a la que se le pone en su título el concepto calidad sirve para trasmitir mensajes contradictorios. Lo mismo cabe en ella, por ejemplo, la medida de calidad de extender la Educación Infantil, como el considerar a la reválida un camino de perfección para el sistema “separando” a quienes están llamados a proseguir en el sistema de quienes son apartados de la carrera.

Con el concepto calidad nos pasa como le ocurría a San Agustín (s. IV) cuando se preguntaba, qué es el tiempo. A lo que respondía: “Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”.

¿Calidad? Sí. Pero, qué cualidad apreciamos en aquello que creemos que tiene calidad?


Criterios básicos para valorar las reformas y las leyes  que las promueven

Las reformas y las leyes que las implementan son complejas y ofrecen varios ángulos posibles para su análisis. Un primer criterio se refiere a la preservación de los derechos básicos a la educación. El segundo hace referencia a la distribución del conocimiento en el sistema educativo.


a) La preservación de los derechos básicos a la  educación

Sí existe un criterio prioritario para evaluar al sistema educativo, ése es el de la medida en que orienta sus prioridades a satisfacer el derecho a la educación de todos y todas y hacerlo guiados por otro criterio de igual importancia: el de la Igualdad. Sólo así podemos decir que es universal la educación. Obviamente, la igualdad no es una condición que tengamos los seres humanos de partida, no es algo natural que nos venga dado, sino que es un logro progresivo por un camino sin fin, en el se pueden establecer mínimos en los que estemos de acuerdo. La igualdad la vamos conquistando en un proceso gradual –más o menos acelerado- que necesita cuidados, pues  puede involucionar.

Es un avance histórico el que se acepte socialmente que todo individuo tenga igual derecho a un puesto escolar en el sistema educativo (nos referimos básicamente a la etapa obligatoria). No se acepta unánimemente, en cambio, el que todos pueden entrar por la misma puerta al sistema (no todos puedan ingresar en cualquier centro), a pesar de los esfuerzos  de la derecha política para asegurar a las familias la posibilidad de elegir la educación que han de recibir sus hijos. Como sería muy descarado y políticamente no correcto defender la desigualdad y la segregación explícitamente, luchan para evitarlo arropando su segregacionismo con argumentos que diluyen sus responsabilidades. Si se llega a conseguir entrar por la misma puerta tampoco desaparecerían las desigualdades, pues existen factores internos que las mantienen. Esto nos recuerda cómo en el régimen colonial, todos podían entrar a la celebración de la misa, pero los negros lo hacían al final del templo, sin poder sentarse y en piso de tierra.  Argumentos racistas, la intolerancia frente a la diversidad cultural, la naturalización de la condición desigual de la mujer, la apelación al talento que ”cada uno” tiene, el innatismo que pervive en muchos docentes, las prácticas de etiquetado, los procedimientos de evaluación (tanto los internos que realiza el profesorado como las pruebas externas), la competencia entre el alumnado, el descuido de las transiciones… son algunos de los factores internos del sistema que perpetúan las desigualdades y crean otras nuevas. 

En las últimas décadas el sistema educativo español ha experimentado una notable expansión cuantitativa. Progresivamente se ha escolarizado a un número mayor de estudiantes y se hace durante más tiempo. Hay más alumnos y más profesorado. La permanencia de los que ingresan es cada vez más alta. Se ha adelantado la edad de entrada desde 0 a 2 años en la Educación infantil. Ha disminuido la ratio de alumnos por aula  Ha aumentado el porcentaje de graduados de Bachillerato que egresan a la edad que les corresponde. El acceso a la educación superior es de los más altos de la UE.

Podemos estar razonablemente satisfechos acerca de lo conseguido, teniendo en cuenta el punto de partida. Pero estamos razonablemente preocupados por tres motivos: a) La recesión de la expansión de esos logros por los recortes presupuestarios que se están acometiendo. La pendiente en la que estamos provoca el miedo a que se deterioren las condiciones para que no podamos seguir creciendo. ¿Entramos en un periodo de recesión en educación? b) Por las desigualdades que se han producido en el aprovechamiento de ese crecimiento. Esto es evidente, por ejemplo, en las desigualdades territoriales, por ejemplo, que en algunos de los indicadores que se manejan en la estadística oficial, llegan hasta un 20%. c) El observar una falta de sensibilidad para exigir la respuesta que merece la gravedad de la situación.

El Informe de Oxfam (2013) advierte:

“A medida que se despliegan las medidas de austeridad, España tiene cada vez mas probabilidades de volverse un país más pobre y desigual, con menos derechos sociales y con una democracia más débil. Este panorama se hará realidad si los argumentos financieros continúan poniéndose por delante de los sociales y políticos, permitiendo que continúe la acumulación de riqueza a costa de las clases medias, que seguirán perdiendo sus empleos y poder adquisitivo. Entre tanto, más personas engrosarán las filas de la pobreza y vulnerabilidad, y los más pobres del país quedarán abandonados a su suerte”.

Tenemos un grave problema en las desigualdades. El sistema lo viene tolerando. Hay lamentos pero ha habido poca capacidad de reacción. La LOMCE, por acción o por omisión no aborda estos problemas. Incluso preconiza dar más de los mismos remedios que se han venido aplicando. No por decirlo al final deja de tener relevancia. Nos referimos a la contraposición entre educación pública y privada. Daremos algunas ideas que para nosotros son esenciales.

-  España tiene un sector privado que es prácticamente el mayor de toda Europa, que viene a ser el triple de la media de la UE.

-  El sector público no es de peor calidad que el privado, según lo avalan distintos estudios, entre ellos los informes PISA.

- Hasta el presente, sólo gracias a la creación del sector público se ha garantizado el derecho universal a la educación para todos, especialmente para los grupos que más dificultades presentaban para el acceso.

- Creemos que en las condiciones actuales, es perverso todo favor que se conceda a la enseñanza  privada mientras se descuida y abandona a la pública.

- No toda la problemática de la igualdad reside en la diferencia público-privado.



b) La  política educativa y la distribución del conocimiento

Es una creencia compartida que la educación y, más concretamente, la que se imparte en los centros escolares, debe servir para que los educandos adquieran y desarrollen para algún tipo de saberes, ciertas habilidades y valores básicos. Si esto es fundamental, deberían extraerse las consecuencias. En cambio no recibe la atención que merece dársele. La escuela en los planteamientos modernos ha apostado por el cultivo integral de la persona y, muy fundamentalmente, por la apropiación de la cultura por parte de los sujetos. La evaluación de la relevancia de la cultura que se transmite no se puede hacer con los métodos tipo PISA pero existen otras metodologías.

Este debate sobre los contenidos queda reducido en nuestro caso a unos pocos puntos “calientes” controvertidos de currículum, como es el caso de las religiones, la sexualidad… Un ejemplo cercano lo ha constituido la supresión de la Educación para la ciudadanía, la cual no desaparece porque no tenga trascendencia o no se la valore, como les ocurre a otros contenidos, sino que se la ha combatido activamente y de frente, porque plantea una ética laica y valores democráticos, posición que contraría a la jerarquía católica que niega ese elemento cultural fundamental. Esos reflejos en el comportamiento de ciertos sectores reacios a consensuar lo que se enseña y lo que se aprende en las aulas, nos da la razón sobre la escasa posibilidad de debatir los temas relacionados con la determinación de contenidos en España.

Una ley, ésta u otra cualquiera, que encubre los conflictos que afectan a la concepción de la cultura escolar, que hace de la Religión una asignatura más y que relega a la educación para la ciudadanía a un tema a tratar transversalmente en todo el currículum, no ha asumido los principios esenciales del pensamiento moderno y de la educación en general. Éste es un tema (el de qué se pone y qué se quita) al decidir el currículo, tan crucial, que deberla tener un espacio y un tratamiento específico desde alguna instancia que tuviese la misión de valorar los contenidos.

En la historia de cómo se han desarrollo las políticas educativas respecto al currículo en España, podemos apreciar una línea que se mantiene en todas las reformas que se han emprendido en la segunda mitad del siglo pasado hasta hoy. Nos referimos al fuerte control burocrático que se ejerce al determinar los contenidos de manera muy especifica, que las editoriales aplicarán a su manera  y hasta lo que se debe y puede enseñarse en las aulas. No es muy coherente este modelo con la aireada autonomía del profesorado y de los centros, que homogeneiza los libros de texto, cierra en alguna medida las posibilidades de “circular” por la sociedad de la información y participar de la universalización de los saberes abiertos, no por igual para todos y todas.

En el momento de redactar este escrito, los medios están aireando el conflicto entre quienes defienden que no se deben cambiar los libros de texto en este momento en el que se inicia la implantación de la LOMCE con  prisas,  cuando no les ha dado tiempo a los editores para elaborar los “nuevos” textos. Algunas preguntas nos harán entender qué está ocurriendo. ¿Se sabe que los  libros de texto no son obligatorios ni son los únicos que podemos usar en las clases? ¿Sabe el profesorado que existen metodologías que se caracterizan por no usar libros de texto? ¿Realmente va a cambiar el conocimiento de Lengua o  de Matemáticas que tiene el profesorado y va a ser muy diferente lo que aprenderán los y las estudiantes gracias a la LOMCE? ¿Hay nuevos programas capaces de transformar a los docentes solamente con leer el contenido? ¿No es imprudente el hacer una reforma sin experimentar lo que se quiere implantar? ¿Cómo se las arreglará el profesorado para enseñar competencias y no contenidos? ¿Dónde se hace eso para recomendar ir a visitarlo? Lo que ocurre es que se parte de una desconsideración del saber práctico de los docentes, se duda de su profesionalidad, se les cree inferiores,.

Si no se proporcionan los medios (antes hay que crearlos) que faciliten el uso de las tecnologías de la información y comunicación que, abordando los contenidos mínimos (no minimizados) que divulguen ejemplos de buenas prácticas, ejemplos de cómo hacer lo que se venía haciendo, cabe esperar poco de nuevo en las aulas. Es necesario proporcionar modelos a “imitar” adaptados al currículum que se desarrolla normalmente. Nada se ha comentado en la retórica que ha envuelto a la LOMCE del reto que tiene el profesorado, de cómo se le va a ayudar (cuando con el gobierno del PP han desaparecido las redes de perfeccionamiento y se ha borrado la conciencia de la necesidad de renovar pedagógicamente las aulas, necesidad a la que sería sensible si no se confiara tanto en la excelencia de unos pocos, en el endurecimiento de las exigencias y la separación de alumnos, con la argumentación de que la selección es la llave del problema de la deficiente calidad de vuestro sistema.

La cultura escolar no se determina al margen de las corrientes de pensamiento dominantes que, de manera continuada se introduce en los discursos sobre lo que es importante, modela las práctica y establece sus mecanismos de control. En nuestro tiempo es evidente la presión de las fuerzas de la economía para intervenir en la creación de centros, en su gestión, en los contenidos de los planes de formación en las prácticas …

Una nota sobresaliente de la LOMCE es la devaluación de las humanidades y el reforzamiento de las disciplinas o materias científicas. El conocimiento útil se ha impuesto al que no lo es. Es enormemente ilustrativo que se cree una materia para formar emprendedores y se suprime la de la ciudadanía. Llevar a los centros la educación empresarial y la formación para aprender a crear empresas, es un claro ejemplo de los valores que están triunfando. Todo lo que no sea útil acaba relegado y desechado. El objetivo de esta política es el de lograr una mayor conexión entre las instituciones educativas y las empresas. Se ha reavivado el dilema clásico no resuelto de educar para el mercado laboral o formar espíritus cultos y formados. Se ha roto el equilibrio de las finalidades de la educación a favor de la eficiencia económica, de la rentabilidad, propiciado por la globalización de los mercados.

Recientemente, Ordine (2013) reivindicaba la utilidad de lo inútil con este pensamiento:

“En este brutal contexto, la utilidad de los saberes inútiles, se contrapone radicalmente a la utilidad dominante que, en nombre de un exclusivo interés económico, mata de forma progresiva la memoria del pasado, las disciplinas humanísticas, las lenguas clásicas, la enseñanza, la libre investigación, la fantasía, el arte, el pensamiento crítico y el horizonte civil que debería inspirar toda actividad humana”.

“Existen saberes que son fines en sí mismos y que ¾precisamente por su naturaleza gratuita y desinteresada, alejada de todo vínculo práctico y comercial¾ pueden ejercer un papel fundamental en el cultivo del espíritu y en el desarrollo civil y cultural de la humanidad. En ese contexto, considero útil todo aquello que nos ayuda a hacernos mejores” (pág. 12).

Sujetos bien formados son la mejor garantía de que serán buenas y buenos trabajadores. No es una mera frase ocurrente, sino la proposición realista que entiende que la formación ligada estrictamente a las actividades para un trabajo concreto sólo puede ser una fórmula válida para un momento puntual, pero será inútil en la perspectiva más dilatada  de una sociedad cambiante, que es para lo que tendrá sentido una buena preparación de base que desarrolle capacidades que permitan su transferencia a múltiples situaciones.

Los itinerarios del currículo al final de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (el académico y el aplicado) se caracterizan por ser diferentes porque son desiguales. Sus contenidos no son equivalentes. La distinción aplicado versus académico suele corresponderse con otras distinciones: la formación más corta en el terreno aplicado, en lo manual, por un lado, con salida temprana al mundo del trabajo poco cualificado, y por otro lado está “lo intelectual”. Lo aplicado,  la práctica, lleva implícita la presunción de que es de menor importancia y menor prestigio, mientras que lo teórico, lo especulativo, lo académico es más valorado. Esta separación trasciende en muchos casos a la desigual valoración de los desempeños laborales. De lejos nos llega -con Aristóteles- la frontera que se establece entre quienes son libres y disponen del tiempo de ocio (otium) que les permite poder desarrollar el pensamiento (la theoria), mientras que al esclavo lo que le compete es el mundo del trabajo. Puede pensar quien es libre y no hace lo que el esclavo  está obligado a hacer.

Al alumnado que puede permanecer en la vía académica (la del pensamiento o teórica) no les vendría mal una inmersión en una formación algo más aplicada.


Referencias bibliográficas

Arroyo, Miguel, (2013). “Los colectivos  depauperados repolitizan los curricula”. En: Gimeno Sacristán, J. (2012), Saberes e incertidumbres sobre el currículum. Madrid, Morata Págs. 128-149.

OCDE; (2000), Knowledge and skills for life. PISA 2000. OCDE.

Ordine, Nucio, (2013), La utilidad de lo inútil. Manifiesto. Barcelona. Acantilado.

Oxfam (Informe). (2013),  Publicado por Oxfam GB para Oxfam Internacional con el ISBN 978-1-78077-424-4.

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José Gimeno Sacristán ha sido profesor en la Universidad Complutense, en la de Salamanca y en la Universidad de Valencia. Colaborador y visitante de diferentes universidades españolas y de otros países. Ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por las Universidades de Málaga y de San Luis (Argentina). Se le ha distinguido por el Ministerio de Educación de España con la Encomienda de Alfonso X El Sabio. Ha recibido la Medalla de la Educación Aragonesa, concedida por el Gobierno de Aragón (España). Es autor de libros y artículos publicados en revistas especializadas y en prensa. Sus líneas de pensamiento tienen que ver los problemas que plantea la realidad educativa y el avanzar soluciones para lograr  mejorar las buenas y  justas prácticas.








La Contra-reforma educativa en España: políticas educativas neoliberales y nuevos modelos de gestión (Carmen Rodríguez Martínez)

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Se anticipa aquí -en preprint / formato blog- un artículo de  Carmen Rodríguez Martínez (Universidad de Málaga) que lleva por título La Contra-reforma educativa en España: políticas educativas neoliberales y nuevos modelos de gestión, artículo que forma parte de una monografía titulada La LOMCE y la posdemocracia en educación, que, coordinada por la citada autora, se publicará en el número 81 (28.3), diciembre 2014, de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (rifop).




La Contra-reforma educativa en España: políticas educativas neoliberales y nuevos modelos de gestión   ///   Educational Counter-reform in Spain: Neoliberal Education Policies and New Management Systems

Carmen Rodríguez Martínez (Universidad de Málaga)



RESUMEN: La LOMCE, con la excusa de conseguir escuelas eficaces que preparen para el mundo laboral, propone centros con mayor autonomía pero controlados en sus resultados y en situación de fuerte competencia para adecuar la formación a las nuevas demandas de la competitividad económica. Son reformas que consiguen introducirse en las prácticas escolares controlando el trabajo del profesorado. En España se introducen de la mano de la UE y la OCDE y conviven con propuestas conservadoras que crean una sociedad inmovilizada y una moralización del individuo trabajador. El modelo de gestión eficaz convierte las políticas educativas en un asunto técnico y los recursos económicos pasan a un segundo plano.

PALABRAS CLAVE: Política educacional, Reforma educativa, Eficiencia de la educación, Autonomía educativa

ABSTRACT: The Spanish Organic Law on the Improvement of the Quality of Education (LOMCE), in an effort to provide schools that are more efficient when preparing pupils for the job market, creates more independent schools whose results are monitored and which are required to be strongly competitive in order to adapt the training they impart to the new demands of economic competitiveness. These reforms are being introduced into school practices to monitor the work done by teaching staff. In Spain they are being introduced by the EU and the OECD and they coexist with conservative approaches that lead to a stagnant society and moralisation of individual workers. An efficient management system turns education policies into a technical matter and economic resources are overlooked.

KEYWORDS: Educational policy, educational reform, efficiency of education, educational autonomy

1. Diagnóstico de la situación en España

Nuestro país ha arrastrado déficits profundos en educación por el retraso democrático, cultural y educativo que supone la dictadura. En esta época la educación nunca fue función del Estado quien cede su monopolio a la iglesia, sin la suficiente provisión de plazas y con un profesorado deficientemente formado para el que servía la condición de patriota, afecto al régimen por consanguinidad con muerto o mutilado o ser cura. La expansión de la educación pública, laica y mixta alcanzada en la segunda república se vió violentamente truncada, con un importante número de maestros y maestras fusilados, encarcelados o depurados, lo que apartó de la profesión a los y las docentes “colaboradores” del gobierno legítimo de la República (Jorganes, 2007). Esto y el modelo de producción económica, en una España rural, nos sitúan en la transición (1975) con un analfabetismo que en algunas zonas, como Andalucía y Castilla la Mancha, ronda el 40% de la población. A pesar de estas circunstancias hemos evolucionado y compensado situaciones con bastante rapidez. En estos cuarenta años, la extensión y la democratización de la educación han sido el propósito a alcanzar, no sin dificultades y con algunos errores.

Llegamos al año 2008 y la educación sufre un nuevo revés. La crisis originada por el capitalismo de casino justifica las políticas de recortes en educación y las políticas educativas que se plantean con la LOMCE, aunque se habían empezado a introducir con anterioridad. Forman parte de un mismo propósito, un mundo ordenado en función de los intereses y en beneficio de las élites políticas, financieras y empresariales. Europa se rompe, se irá desmembrado en dos, la Europa del Norte y la Europa del Sur. La del Norte dicta las normas desde el Consejo,  la Comisión y el Banco Europeo, y la del Sur sufre el “austericidio”, que hunde cada vez más sus economías y sus estados del bienestar, generando pobreza y desigualdad. La Europa del Norte tiene el apoyo de las élites del Sur que necesitan seguir haciendo negocio.

España forma parte de esa Europa del Sur, junto con Grecia, Portugal e Italia, países que nunca ha tenido modelos de protección social o de crecimiento económico comparables a los países nórdicos y centroeuropeos (Subirats y Gomá, 2000).

En este marco nos encontramos con una cultura escolar que ha nacido en nuestro país con graves retrasos, acostumbrada al control ideológico y a ejercer el dominio sobre la personalidad de los estudiantes, que empieza a “maridar” con el mercado. Pasa al control de un nuevo “régimen”, un Estado que regula la educación para que se apliquen las políticas neoliberales dictadas por la OCDE, el Banco Mundial y la Unión Europea. Su máximo exponente llega de la mano del gobierno del Partido Popular y la Comisión Europea, aprobando la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) de 9 de diciembre de 2013. Todas estas políticas neoliberales, que se han aplicado incluso con anterioridad a la LOMCE, han significado la ruptura con la anhelada idea de igualdad y de nuestra esperanza en una vida mejor.

La LOMCE significa el colofón para este tipo de políticas, que harán retroceder a España más de cuarenta años, a la época de la dictadura en cuanto a control ideológico, sistema clasista y competitivo y control del profesorado. Con discursos demagógicos, que dicen querer conseguir un sistema educativo eficaz, adecuado a las demandas del trabajo, con menores tasas de abandono escolar y una formación profesional competitiva, aprueban una ley en contra de las organizaciones sociales, la ciudadanía y con la oposición de todos los demás partidos políticos.

Son reformas que pueden conseguir algo inusitado en comparación con otras reformas anteriores, que apenas han conseguido llegar a la epidermis del sistema educativo: introducirse en las prácticas docentes y en el control del trabajo del profesorado a partir de mecanismos de evaluación externa basados en el rendimiento de alumnos y alumnas, convirtiendo al mismo tiempo, a directores y directoras y personas de la administración en jefes y cuadros intermedios de la industria de resultados escolares (Merchán, 2013).

Caminan en una dirección contraria a la deseada por la mayoría de la comunidad educativa de nuestro país. Son políticas que desarticulan el estado de bienestar y ofrecen los servicios sociales a la privatización y al negocio. Han recortado la educación pública en 6.000 millones de euros y se han perdido más de 60.000 puestos docentes. Mientras, el gasto dedicado a los conciertos con los centros privados se duplica del año 2000 a 2009, pasando de 2.823 a 5.891 millones de euros (MEC, 2014).  

No les interesa la educación, no la educación de toda la población. Por ello arrasan con los comedores escolares, las escuelas infantiles públicas, el transporte escolar, reducen la becas, suben las tasas. En un país cuya inversión no ha alcanzado nunca la media de los países europeos, el 5,5% del PIB, se atreven a decir que la inversión no mejora la calidad educativa. Aumentan la privatización de la enseñanza y el elitismo expulsando al alumnado más vulnerable de la escuela. En un momento en que España ocupa el segundo lugar de Europa en pobreza infantil (Cáritas, 2014) y es el país donde más ha crecido la desigualdad de la OCDE (OCDE, 2014). Es el saqueo del derecho a la educación, el robo de los derechos y del futuro.

2. Políticas educativas neoliberales de la mano de Europa

Las políticas ligadas a la eficiencia entran de la mano de discursos neoliberales, introducidos desde los años ochenta, que se caracterizan por defender la bajada de impuestos, la privatización y los recortes en gastos civiles.

“La esencia del orden del mercado reside no en el intercambio, sino en la competencia, definida ella misma como la relación de desigualdad entre diferentes unidades de producción o empresas” (Laval y Dardet, 2010: 383)

La LOMCE significa un avance de estas políticas neoliberales sobre el estado del bienestar. No significa un retroceso en la presencia del Estado, sino la instauración de un orden marco en el que el Estado, es el guardián del principio constituyente de la competitividad. Deja entrar en los servicios públicos a lobbies que han visto la oportunidad del gran negocio que pueden suponer y, entre ellos, está la educación. Proponen un nuevo modelo de gestión que copia modelos de empresas privadas y fortalecen la educación privada en detrimento de la calidad de la pública. La igualdad de tratamiento y universalización de los derechos, de servicios como la educación son cuestionados por la concepción consumista del servicio público y la individualización de las prestaciones. Son servicios que responden a la demanda de las familias y no a derechos que hasta ahora habían estado ligados a la condición de ciudadanía.

Es claramente un discurso ideológico contrario al New Deal de Franklin Roosevelt que surge justo después de la crisis del 29, alentado por la filosofía del keynesianismo o el “Welfare State”, que se implanta durante el s. XX con el avance de la socialdemocracia después de la 2ª guerra mundial. Utilizan lo que Naomi Klein (2007) ha denominado el “capitalismo del desastre” que es el hecho de aprovechar la oportunidad de la crisis para atacar los servicios públicos (1). Esto es lo que trata de realizar el Ministro de educación, José Ignacio Wert, “el capitalismo del desastre”, aprovecharse de la crisis para incluir políticas de liberalización de la educación. Así lo expresa en la conferencia que da en FAES (2) en 2010, en la que utiliza la frase de  Rahm Emmanuel, “No podemos dejar escapar una crisis tan buena”, aunque con un sentido propio.  Aprovecha la crisis para criticar lo que él denomina “estado asistencialista”.

El discurso que defienden estas políticas se sustenta en que los programas sociales son un despilfarro innecesario para ayudar a personas que se vuelven acomodaticias y perezosas. Cualquier ayuda, desde las ayudas a desempleados, las becas o el gasto farmacéutico, va acompañada de la suposición de fraudes por parte de los beneficiarios. De hecho han aprobado decretos para impedir el fraude laboral mientras aprueban una amnistía fiscal. Se demonizan las políticas de intervención porque son una intrusión en la esfera privada y un obstáculo para obtener rentabilidad a corto plazo, y se refuerza la desregulación de los sectores financieros, de los medios de comunicación..., hasta llegar al último negocio que es la privatización de los servicios públicos, infraestructuras, sanidad, educación... Es una ruptura de la ciudadanía social, del welfarismo del siglo pasado que se apoya en la ciudadanía política del s. XIX, lo que Colin Grouch (2004) llama posdemocracia. Ahora los derechos sociales básicos tendrán una contraprestación, un coste directo o un comportamiento esperado: becas a cambio de esfuerzo, ayudas a desempleados por  trabajos precarios, políticas de copago en educación, sanidad, ... Todo ello reforzando las desigualdades en la distribución de las prestaciones y con consecuencias en la exclusión social de la población más vulnerable.

Brown lo llama una des-democratización (cit. En Laval y Dardot, 2010) porque no es solo un nuevo régimen político sino una nueva lógica de funcionamiento que se impone a sujetos y a instituciones y borra las diferencias entre unos partidos políticos y otros.

A nuestro país llega a partir de una estrategia más global lanzada por la Unión Europea a partir del año 2000 y va a significar un cambio educativo hacia un modelo liberal basado en los rendimientos.

2.1. Estrategia neoliberal desde Europa

La mundialización de las políticas educativas neoliberales vienen implantándose desde los años noventa, a través de organismos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial y la Unión Europea. A partir de la denominada Estrategia de Lisboa (2000) llegan los discursos europeos sobre la convergencia de las políticas educativas que plantean este nuevo modelo para el control de la educación, preocupados por políticas medibles, con buenos resultados y eficaces, significando un enorme refuerzo a los derroteros que ya estaba tomando la educación. Se propugna el cambio del modelo educativo hacia modelos de gestión del mundo empresarial en donde la educación se vuelve más selectiva. La educación pública será vinculada al crecimiento económico y a la competitividad porque hay que modelarla para que sea un instrumento para la producción de “capital humano”.

Desde entonces se pone en marcha este proceso dirigido por la Comisión Europea entre los países de la Comunidad que consiste en: establecer objetivos cuantificables, establecer indicadores para calcular el progreso, realizar evaluaciones comparativas con otros países, crear “benchmarks” puntos de referencia, e intercambiar buenas prácticas (Hatcher, 2008). Bajo la teoría del capital humano, la educación es el factor principal para aumentar la economía de un país, aunque conseguir trabajo es responsabilidad de cada persona, que debe esforzarse por crearlo o estar preparado adecuadamente para conseguirlo.

Los defensores de estas ideas creen que los países que dispongan de un capital humano mejor formado verán crecer sus tasas de productividad, explicación que se reitera en varios documentos de la UE, el Banco Mundial y la OCDE, recogida en nuestro país por la LOMCE. Sin embargo, una mayor formación o disponer de un mayor “capital humano” no generarán más empleo a un país, como nos demuestra Hirtt (2013), aunque las personas mejor formadas tengan más posibilidad de conseguirlo. El empleo va a depender del tejido industrial desarrollado, las apuestas por la innovación y la ciencia y las inversiones de capital, que deben regularse por leyes internacionales para que no supongan el enriquecimiento sin límites de un pequeño porcentaje de la población, mientras el trabajo se degrada para hacernos más competitivos. De hecho nuestros jóvenes más preparados están emigrando, con investigaciones punteras y con carreras flamantes recién terminadas (3).

La escuela debe preparar a las nuevas generaciones para hacerlas partícipes de este modelo, tienen que aprender con esfuerzo para conseguir un trabajo que les proporcione dinero para poder consumir como un objetivo finalista. Para ello se fortalece la competitividad y una mentalidad práctica, basada en la diferenciación medios-fines que además de llenarnos de insatisfacción, nos convertirá en sujetos devoradores del resto, muy bien encarnado en la figura del “Broker”.

La primera víctima de estas políticas es la escuela pública, pero “... la principal víctima es el joven que sale de esa escuela. Se habrá hecho de él un trabajador adaptable, no desarrollando su comprensión del cambio, sino quebrando su capacidad de resistencia al cambio; no a través de una emancipación cultural, sino por medio de una privación de cultura” (Hirtt, 2013: p. 52). Y la gran víctima será toda la sociedad domesticada por las leyes del mercado y sometida a la plutocracia de las nuevas élites.

2.2. Los modelos neoliberales en la LOMCE

Los modelos neoliberales refuerzan una política credencialista selectiva que va a impedir que los peores alumnos y alumnas y con menos capacidad económica accedan al bachillerato y a la universidad. Todo el sistema educativo se vuelve un gran mercado, donde entran las empresas a hacer negocio y se alimenta la competencia entre centros, para llevarse al mejor alumnado, en lugar de buscar la mezcla, la diversidad y la pluralidad que nos beneficia a todos y todas.

Ello no significa que no sea necesario cuestionar el modelo educativo anterior. El proyecto escolarizador de la escuela de masas y sus características de pensamiento único y modelo reproductivo requiere “resistencias”, siguiendo el concepto acuñado por Giroux (2013), así como requiere resistencias la deriva mercantilista y privatizadora de estas nuevas políticas educativas en nuestro país. Las políticas neoliberales no empiezan con la LOMCE, la Ley Orgánica de Educación de 2006 (LOE), del gobierno socialista, aunque mantiene el espíritu comprensivo de la ley anterior (LOGSE), incorpora de manera clara el discurso de la eficacia, la calidad, las competencias y la evaluación del sistema (Gurpegui y Mainer, 2013). Abren las puertas a las políticas neoliberales en el sistema educativo siguiendo indicadores y objetivos europeos. La LOMCE intensificará estos procesos y añadirá selección, itinerarios, competitividad y algo de conservadurismo respecto al currículum de la “gloriosa España colonizadora”, a la religión y a la segregación por sexos.

En este sentido la LOMCE clasifica al alumnado a edades muy tempranas. Selecciona según su rendimiento y establece itinerarios para dirigirles  hacia el puesto de trabajo que van a ocupar, a la vez que devalúa la formación profesional como una educación de segunda categoría. La Formación Profesional Básica (FPB) segrega a los estudiantes de forma irreversible, es una formación que no titula por sí misma y aparta del sistema, expulsa al alumnado con fracaso escolar (4). Será un colector de fracaso escolar.

También separa el tronco común a los 15 años (incluso algunas asignaturas lo anticipan a los 14), proponiendo dos vías de distinta categoría, una académica y otra aplicada que conducirán hacia estudios de Bachillerato y de FP, rompiendo el principio de educación en igualdad en la enseñanza obligatoria.

La LOMCE logra la alianza con los sectores más conservadores y religiosos como resquicio de nuestro pasado y de una democracia imperfecta que mantiene el elitismo y la influencia de la religión en el estado. Hemos vuelto años atrás con las políticas en contra de las libertades y de los derechos civiles, reforma laboral, políticas de inmigración, aborto, ley de dependencia, ley de mordaza y copago en la justicia, sanidad, educación... Muchas de ellas convienen al capital porque crean una sociedad inmovilizada y con miedo, insolidaria y egoísta. Significa el auge nuevamente de la religión, de la doctrina y la creencia, por encima de la ciencia y el pensamiento. El empuje a la escuela privada y elitista que privilegia a los padres con posibilidad de elección y con mejores niveles culturales. La segregación por género y por talentos que no fortalece la pluralidad y la diversidad en los colegios, sino el elitismo y la diferenciación que imponen las nuevas políticas.

El efecto mediático de los datos hará que las políticas educativas se definan a partir de las evaluaciones externas nacionales o internacionales y los ranking, y controlen las prácticas escolares para conseguir los objetivos estandarizados fijados por los gobiernos. Esto permite a los gestores de la política mundial actuar sobre las prácticas docentes que hasta ahora eran muy difíciles de controlar a través de las reformas.

La cultura del miedo generada por la crisis consigue una extraña alianza entre “Conservadores”, que quieren restaurar el orden social e implantar la sociedad de “los privilegios” que nos ordena y crea un brazo fuerte de seguridad y los “Neogerencialistas” que solo creen, como Santo Tomás, en aquello que se puede medir. Para Brown (cit en Laval y Dardot, 2010) el neoliberalismo puede imponerse a la vez que otras doctrinas ideológicas. En EEUU maridan las políticas neoliberales con el conservadurismo porque hay una moralización del individuo trabajador, padre de familia, ahorrador que acompaña el desmantelamiento de los sistemas de jubilación, educación pública y salud.

Aunque la  reforma no plantee directamente políticas para el profesorado, para su formación y para la carrera docente, su principal objetivo es el control a través de los modos de gestión flexibles, pero que exigen que cumpla los objetivos de eficacia y rendimiento requeridos a los sistemas educativos.

Pretenden convertir al profesorado de todos los niveles educativos en el instrumento fundamental de un sistema neo-gerencialista, preocupado por la medida, el resultado y la comparación, donde los centros compiten y se publicitan. La nueva organización de la escuela, junto al modelo capitalista y el miedo a la crisis, consigue que actúen de forma mecánica para responder a objetivos externos y sin capacidad de actuación autónoma. El papel de los docentes pasa de actores a culpables. Sin capacidad de decidir, más allá de la gestión de la clase, pero con toda la responsabilidad sobre los resultados de su alumnado.

Cuando el rendimiento es el único criterio, dejan de ser importantes la libertad de expresión, la crítica, el respeto a los procedimientos democráticos, el lenguaje...


3. Nuevos modelos de gestión de la autonomía

 Las recomendaciones internacionales y las investigaciones a nivel mundial nos hablan de la necesaria autonomía pedagógica de que deben disponer los centros refiriéndose a estos modelos de gestión técnica. La agenda global para la educación de la OCDE promueve desde el año 1995 en su estudio “Gobernanza en Transición: reformas en la gestión pública de los países de la OCDE”, este modelo de gestión descentralizado dentro del sector público y orientado hacia los rendimientos. Se justifica en una mayor eficacia, para lo que crea entornos competitivos entre los centros y refuerza las capacidades estratégicas desde el centro y el enfoque clientelar” (OCDE, 1995: p.8) (5).  En 2007, la Comisión Europea elaboró un libro Blanco sobre cuestiones de gobernanza con el objetivo de mejorar la gestión pública en esta dirección (6).

En estos modelos de autonomía de gestión,  las comunidades escolares pierden el poder de participación porque la gestión no sirve al objetivo de una mayor democratización o implicación de una comunidad, sino al objetivo de eficacia. Para ello necesitan un liderazgo fuerte y un proyecto en el que se implique el centro educativo pero de arriba abajo (top down).

Estos modelos de gestión pública son la piedra angular de la nueva Ley Orgánica de Mejora de la Calidad educativa.

3.1. De la autonomía como autogestión a la autonomía cautiva

La autonomía es un concepto controvertido cuando se legisla sobre ella, porque no se impone, es la persona constituida por su libertad y ética personal quien la ejerce, con o frente a lo constituyente (la ley, la norma). Antígona hija de Edipo ejerce su autonomía cuando se enfrenta a su tío, quien ha prohibido enterrar a su hermano, negándole con ello la vida eterna, por luchar contra él por la ciudad de Tebas. Ella lo entierra aunque esta decisión le cuesta la vida. En este caso no se consigue subsumir al individuo y su amor filial al Estado (De Francisco, 2012)

La autonomía en educación, desde la Escuela Nueva o los movimientos libertarios, ha significado innovación educativa y libertad para tomar decisiones sobre el gobierno de la escuela. La persona autónoma, como Antígona, puede tener conflictos morales entre lo instituido y su propia norma moral. Y son los profesores y profesoras con auténtica autonomía pedagógica, la clave para que se produzca el cambio educativo; las políticas educativas solo pueden poner grilletes al ejercicio de la autonomía proletarizando la profesión docente.

Pero no es esta la autonomía promulgada por la LOMCE. El concepto de autonomía ha sido transformado en esta reforma educativa en todo lo contrario, autonomía operativa, de gestión, instituyente; sujeta a una racionalidad tecnocrática. Una autonomía ficticia que, por un lado, descentraliza, abre la diferenciación entre centros, a la vez que controla con pruebas, currículum estandarizados y un enfoque clientelar, la gestión de los resultados.

Existe, pues, una tensión entre la identificación de la autonomía como parte de las políticas neoliberales y como parte de un proyecto democratizador en una lucha por la apropiación de sentidos que se proponen fortalecer o debilitar la noción de lo público (Mónica Pini, 2009).

3.2. La Nueva Gestión Pública

Este modelo de “autonomía cautiva” deriva de un nuevo sistema de gestión pública (New public management) que se impone a partir de los años noventa en América Latina impulsada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (Navas, 2010). Un modelo de gestión inspirado en la organización de las empresas privadas, cuyas principales características son un enfoque basado en los productos, la medición de los resultados y dar respuesta a las necesidades de los clientes. Se basa en un modelo de Estado que trata de proteger las libertades individuales y asegurar el desarrollo de la iniciativa privada. Estos modelos de gestión eficaz, como se está demostrando, significan la contratación de empresas guiadas por el afán de lucro que reducen las condiciones laborales de sus trabajadores y la calidad de los servicios, y que finalmente conducen al deterioro los servicios públicos (Ferlie et al., 1996).

El concepto de gubernamentalidad desarrollado por Foucault remite tanto a las políticas o mentalidades que usa un Estado para gobernar como a los dispositivos tecnológicos que emplea para que estas políticas se hagan eficaces (Feldfeber, 1996). La racionalidad de las políticas neoliberales cuestionarían en educación la centralidad de un sistema educativo burocrático y la ineficacia de la gestión de las políticas a través de sus normativas y regulaciones administrativas. Para ello ponen en marcha dispositivos tecnológicos como es la evaluación, o la nueva cultura de una gestión eficiente que cambian la raíz de la escuela pública como derecho público controlado por el Estado a un servicio para satisfacer las necesidades de las familias, un derecho privado. El Estado sigue siendo fuerte a través de estos dispositivos que hacen que el poder se distribuya y no se ejerza de una manera directa impositiva, aunque con control, como bien plantea en sus escritos Foucault (1988).

Para la Nueva gestión pública (NGP) la esencia del orden no es el mercado, entendido como un intercambio libre de mercancías, como plantean Laval y Dardot (2010), sino un cuasi-mercado cuyo principio constituyente es la competitividad que anula los derechos del ciudadano, o los cambian por prestaciones con contrapartidas.

La gobernanza en la gestión de instituciones como la educativa intensifica su perspectiva como un asunto técnico en detrimento de las cuestiones sociales y políticas que deberían guiar a la educación. Esto también afecta a la idea de la educación como un derecho universal cuyos beneficios deben ser iguales para todas las personas. Hay una concepción consumista de la misma que individualiza las prestaciones y la selección de los beneficiarios rompiendo el principio de igualdad.

Los dispositivos hacen que se instale en la educación un régimen de eficacia que convierte al gobierno, promotor y ejecutor de una política, en mera administración. La “verdad” expresada por los “comités de sabios”, revestida de cientificidad no discutible, se impone a la política al tiempo que las ideologías son denostadas. En educación las nuevas formas de gobernanza hacen que determinadas organizaciones adquieran una inusitada importancia, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) para los países ricos y el Banco Mundial, Unesco y los programas de ayudas se las naciones desarrolladas para las naciones del Sur global (Rizvi y Lingard, 2013). Algunos autores y autoras utilizan el concepto de regulación para dar cuenta de las transformaciones en las formas de actuar del estado en la conducción de las políticas públicas (Feldfeber, 2009).

Dentro de los dispositivos que menciona Foucault, PISA es una poderosa herramienta de control. Construye no solo un conocimiento disciplinar equivalente para países de la OCDE, que cuentan con sistemas educativos y características culturales específicas, sino que se introduce en las prácticas escolares que deben construir ese conocimiento práctico. Interviene en lo que alumnos y alumnas deberían conocer, cómo ese conocimiento se hace posible y el estudio de las prácticas escolares que lo hacen posible. Elabora toda una serie de narrativas sobre el conocimiento útil, el modelo de persona racional e individual que tiene como objetivo aprender a lo largo de toda la vida y en definitiva modelos de conducta que enfatizan las políticas neoliberales y los patrones culturales de las nuevas economías (Popkewitz, 2013).

El problema de la educación pasa de ser un problema social, cultural y político a un problema de gestión que se puede solucionar según estos modelos: midiendo la eficacia escolar en base a los resultados, convirtiendo las escuelas con bajos resultados en otras más eficaces y responsabilizando a los docentes de esta tarea. Los recursos pasan a un segundo plano, una mayor inversión no mejora la calidad educativa,  y los datos comparativos del rendimiento de los alumnos pasan a primer lugar (MONS, 2009) .

3.3. La autonomía en la LOMCE

La autonomía que propone la LOMCE, tal como se plantea, individualiza a los centros y los pone a competir en lugar de apoyarse mutuamente. Es una autonomía de gestión, no de gobierno y de decisión por el control férreo de los rendimientos escolares. En el artículo 120, define autonomía de recursos económicos, materiales y humanos, ligada a los planes de trabajo de cada centro y vinculada a  un control férreo de los resultados. Las Administraciones deberán hacer pública esta rendición de cuentas que servirá para propiciar rankings educativos entre los centros.

“El aumento de la autonomía de los centros es una recomendación reiterada de la OCDE para mejorar los resultados de los mismos, necesariamente unida a la exigencia de una mayor transparencia en la rendición de cuentas” (apartado VII del preámbulo).

La LOMCE añade a esta definición de autonomía, la especialización curricular de los institutos de enseñanza secundaria en función de su proyecto educativo (art. 121), seleccionado de entre los que propone la normativa, que son: especialización curricular, en excelencia, en formación docente, en la mejora del rendimiento, en atención del alumnado con necesidades educativas de apoyo... Difícilmente serán iguales y comparables, un centro de excelencia con un centro con necesidad específica de apoyo educativo, un centro de especialización curricular científica y tecnológica con un centro de especialización artística, o de formación docente con otro de mejora del rendimiento. Cuando al final, todos deben mostrar el rendimiento del alumnado en los mismos parámetros y hacerlo público. Y los recursos que reciban los centros  dependerán de éstos proyectos y de la rendición de cuentas (art. 122).

Otorgan para ello a los directores y directoras autonomía para su ejecución. Refuerzan las capacidades estratégicas desde el centro con una  dirección gerencialista; un director o directora elegido mayoritariamente por la Administración, que no comparte las decisiones con la comunidad educativa, y hasta tendrá la potestad de contratar directamente (art. 122bis). Esto quiere decir capacidad para establecer requisitos y méritos específicos para el profesorado, incorporación de profesorado que no venga de listas centralizadas y libertad para realizar el nombramiento del mismo.

La competencia fomentada por la diferenciación entre centros, junto al control de los resultados, provocan un empobrecimiento moral del profesorado al tener que decidir entre los intereses de la institución y los del alumnado. Esta diferenciación entre los centros está acrecentada por la posibilidad de elección de centro de las familias.

La elección de las familias supone un enfoque clientelar y una oferta que iguala en condiciones la privada a la pública (art. 2 bis). La LOMCE establece la programación de la red de centros de acuerdo a la demanda social y suprime la obligación de las Administraciones educativas de garantizar plazas públicas suficientes, especialmente en las zonas de nueva población (art. 109). También propone la cesión de suelo público para la iniciativa privada (art. 116.8). Para ello permite la posibilidad de libertad de creación y elección de centro, añadiendo la posibilidad de que los centros que tengan reconocida la especialización curricular por las Administraciones educativas o que tengan proyectos educativos podrán reservar hasta un 20 por ciento de la puntuación de admisión al criterio del rendimiento académico (art. 84.2).

La diferenciación a través de los proyectos de centro junto a las pruebas y ranking, a que se someterán los centros para ser de calidad, contribuirá  a la competencia entre los centros para quedarse con los mejores alumnos, conseguir con ello mejores resultados y recibir una mayor financiación. Los centros “gueto” aumentarán en fracaso escolar, mientras el sistema educativo aumenta en desigualdades y falta de cohesión social. La escuela como derecho de las familias convierte la educación en un producto de consumo que se verá reforzada por el modelo de gestión técnica introducido en los centros.

Ya no se trata de luchar por una mejora de toda la educación, de procurar más recursos donde más se necesiten, de dar más apoyos a aquellos centros con más dificultades, sino que se fomenta la autonomía como forma de competencia desigual entre centros educativos. Los centros ofrecen prestaciones educativas para favorecer a los clientes, mientras los docentes están sometidos a currículum estandarizados y evaluaciones externas que les hurtan el control sobre la educación.

Esta manera de concebir la autonomía y la descentralización supone el traspaso de responsabilidades y funciones, desde la Administración estatal a la regional y de ésta a la esfera municipal y a cada centro en particular. Una vez establecida la autonomía, los resultados ya no son responsabilidad del sistema, ni de la Administración, sino del propio centro, o sea, de los docentes que trabajan en él. Se cercena la autonomía del profesorado y su estatus profesional, porque pierde las posibilidades de innovación y el control sobre el proceso educativo, mientras se le responsabiliza de la calidad de la educación, a la vez que se exime al Estado de sus responsabilidades.

Es una autonomía de gestión técnica porque sustituye el gobierno directo por la gestión descentralizada eficaz para poder exigir rentabilidad a corto plazo. El aliento de las políticas de competencia entre servicios que están dirigidos a toda la población originan desigualdades porque las evaluaciones externas no mejoran ni obtienen los resultados esperados y porque las políticas se tienen que basar en la compensación y no en la competencia. En ofrecer mayores recursos y apoyos a quienes más lo necesitan y no a quienes obtienen mejores resultados.

La especialización competitiva de los centros ligada a los resultados académicos ha sido experimentada y evaluada en Inglaterra. La diferenciación de centros no aumenta los rendimientos escolares y sobre todo crea desigualdad y falta de cohesión social al generar centros de diferente categoría (Hatcher, 2008). 

Son nuevos modos de regulación del Estado más flexibles en la definición de los procesos y más rígidos en la evaluación de la eficiencia y eficacia de los resultados (Feldfeber, 2009). Aunque en la mayoría de los casos no suponen una disminución del control burocrático a través de normas y reglamentos. Como veremos, ocurre todo lo contrario, la mayoría de los países tienden a la construcción de un currículum nacional estandarizado.

En síntesis, los modelos neoliberales construyen “Estados débiles” en la garantía de los derechos de educación para toda la ciudadanía y “Estados fuertes” en modelos posburocráticos descentralizados y de diversificación de la oferta escolar que conducen a la desigualdad. La tensión existente en las diferentes acepciones del concepto de autonomía dependerán de si sus objetivos sirven a la participación democrática y a la autogestión de las escuelas en relación a su comunidad o a procesos eficaces de competitividad para el modelo capitalista. Si son modelos de abajo arriba o de arriba a abajo, si creen que los centros deben ser compensados con apoyos humanos y materiales cuando así lo requieran, o si tratan de conseguir “más por menos”, mejor educación con menor inversión.

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MERCHÁN, F. J. (2013). “Docentes, familias y alumnos en las políticas neoliberales”. Con-ciencia Social, 17, 137-144.
Ministerio de Educación (2014). Estadística del gasto público en educación Resultados provisionales Año 2012. MEC.
MONS, N. (2009).  “Théoriques et réels des politiques d´evaluation standardisée”. Revue française de pédagogie, 169, 99-140.
NAVAS QUINTERO, A. (2010). “La nueva gestión pública. Una herramienta para el cambio”. Perspectivas, 38, 36-38.
OECD (1995). Governance in Transition: Public Management Reforms in OECDCountries. PARIS: OECD.
PINI, M. (2009). “Presentación”. En Miriam Feldfeber (Comp). Autonomía y gobierno de la educación. Perspectivas, antinomias y tensiones (7-12). Buenos Aires: Aique
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RIZVI, F. Y LINGARD, B. (2013). Políticas educativas en un mundo globalizado. Madrid: Morata.
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NOTAS

(1) En Nueva Orleans, con el huracán Katrina, actuaron con rapidez para emprender una reforma radical del sistema educativo y sustituir las escuelas públicas por escuelas Charter, creadas por el Estado y ofrecidas a la gestión privada. La administración de Bush antes de arreglar los diques habían despedido a los profesores de las escuelas públicas y contratado a otros con sueldos mucho más bajos.






(2) Fundación que ejerce de laboratorio de ideas del Partido Popular español.







(3) El FMI calcula que para 2019 en España habría alrededor de 1,5 mill. menos de personas en edad de trabajar en España.







(4) La forma en que se planifica su aplicación para el próximo curso, sin infraestructuras adecuadas, una memoria económica insuficiente, aumento el doble de la ratio de los programas de Cualificación profesional, a los que sustituye, no hace sino confirmar que es una vía muerta y degradada.







(5) De este modelo habla Hatcher (2008) para Inglaterra comparándolo con la propuesta de la Ley de educación Catalana.







(6) Comisión Europea sitio web, archivada 31/7/2007.



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Carmen Rodríguez Martínez es Profesora Titular de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga. Participa en el Grupo de investigación coordinado por Angel I. Pérez Gómez. Coordinadora junto a José Gimeno Sacristán del Foro de Sevilla: “Por otra política educativa”. Pertenece al Grupo de “Políticas educativas y derecho a la educación en América Latina y el Caribe” de Clacso (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) y a la Red Estrado (Red Latinoamerican de Estudios sobre trabajo docente). Ha ocupado el cargo de Directora General de Innovación Educativa y Formación del Profesorado y Directora General de Ordenación y Evaluación Educativa en la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía durante los años 2004-2008. En su trayectoria docente e investigadora destacan los trabajos dirigidos a la Formación del Profesorado, a la igualdad en educación y a las políticas educativas, siempre desde su compromiso personal con los Estudios de las Mujeres.
 






La LOMCE y la posdemocracia en educación (Consejo de Redacción)

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Se anticipa aquí -en preprint / formato blog- el EDITORIAL de una monografía titulada La LOMCE y la posdemocracia en educación, que, coordinada por Carmen Rodríguez Martínez, se publicará en el número 81 (28.3), diciembre 2014, de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (rifop).

Editorial

La LOMCE y la posdemocracia en educación  //  The Spanish Organic Law on the Improvement of the Quality of Education (LOMCE) and Post-democracy in Education


La nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, en vigor desde el año 2014 en España, significa el colofón de políticas educativas neoliberales que la Unión Europea empieza a introducir a partir del año 2000 y para las cuales la crisis del 2008 sirve como justificación.

Una crisis causada por el capitalismo de casino es la que va a justificar recortes económicos en educación y nuevas políticas educativas que solo sirven para el beneficio de las élites políticas financieras y empresariales. El austericidio dictado por la Europa del Norte desde el Consejo, la Comisión y el Banco Europeo, junto con el apoyo de las élites de los países del Sur, servirán para hundir a nuestro país en una crisis de desigualdad y “posdemocracia” que en educación supondrá un retraso de más de cuarenta años.

Hablamos de posdemocracia, como hace Colin Grouch, porque estas políticas suponen una ruptura del derecho universal a la educación cuyos beneficios deberían ser iguales para todos. La nueva concepción de la educación, inspirada en modelos de gestión de empresas, se basan en la satisfacción de las necesidades de los clientes, en la competitividad y en la medición de los resultados. Por ello responden a una concepción de coste-beneficio donde se reduce la inversión y estado provee según las demandas de las familias y no según derechos que hasta ahora habían estado ligados a la condición de ciudadanía.

Es una ruptura de la ciudadanía social, del “welfarismo” del siglo pasado. Ahora todos los derechos sociales básicos tendrán una contraprestación, un coste directo o un comportamiento esperado que implicarán diferentes beneficios según los resultados y expectativas familiares llegando a la exclusión de la población más vulnerable. Por ello se anticipan vías e itinerarios de diferente categoría en la misma educación obligatoria, se extiende una red de centros que fomenta la iniciativa privada, se establece un enfoque clientelar de acuerdo a las demandas de las familias y se pone a los centros a competir con una dirección gerencialista para conseguir los mejores alumnos, los mejores resultados y la mejor financiación.

Muere la igualdad de derechos en la educación, la participación democrática de los centros, se reconstituye el profesionalismo de los docentes, se plantean currículos con estándares de aprendizaje y evaluaciones externas que van a ser un elemento disciplinador sobre el contexto del trabajo del profesorado.

Y el alumnado se volverá un trabajador adaptable, quebrándole su capacidad de resistencia al cambio por medio de una privación cultural que tendrá como objetivo reforzar las leyes del mercado, debilitar la escuela pública e instalar un régimen posdemocrático en educación.


El Consejo de Redacción

"La LOMCE y la posdemocracia en educación". Accede desde aquí a una versión preprint del número 81 (28.3) de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado

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Inauguración del XIII Congreso Internacional de Formación de Profesorado (Nota de prensa de la Universidad de Cantabria)

Conclusiones del XIII Congreso Internacional de Formación del Profesorado. Investigar para acompañar el cambio educativo y social. El papel de la Universidad

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Clausura del XIII Congreso Internacional de Formación del Profesorado.  Lectura de las conclusiones






























Durante los día 20 al 22 de noviembre nos hemos reunido en la Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria 367 personas procedentes de diversas universidades españolas, latinoamericanas y otras europeas.

A lo largo de los tres plenarios, de las cinco mesas diarias y de los nueve panelas que hemos celebrado durante estas tres fechas hemos intentado radiografiar a la Universidad española buscando el mejor papel que nosotros le deseamos. Después de la lectura de las 174 comunicaciones, presentadas al Congreso y aceptadas tras su correspondiente evaluación, hemos constatado que a este grupo de profesores les duele la Universidad porque la quieren y como fruto de esa dolorosa querencia todos los asistentes le deseamos el mejor desempeño de las funciones que tiene asignadas. Desde esta perspectiva hemos pensado en su naturaleza institucional, en sus objetivos, en sus contenidos y metodología, en sus recursos, en su organización y evaluación y también en sus protagonistas: profesor y alumno.

Naturaleza institucional

Las aportaciones del grueso de este décimotercer congreso internacional, organizado por la AUFOP y la Universidad de Cantabria en la acogedora ciudad de Santander, han dibujado con trazos generales el cuerpo institucional de la Universidad y le han adornado con las características de una entidad pública democrática y participativa, abierta a la diferencia y a la diversidad, promotora de un competente desarrollo profesional, comprometida con la mejora social, y conocedora del buen uso de los medios informáticos. Todas estas características, enfocadas desde un pluriversalismo epistemológico superador del paradigma del absolutismo epistemológico, aún presente en las prácticas educativas.

Como objetivos deseables hemos propuesto para la Universidad las metas de:

- Visibilizar las voces que son invisibles o silenciadas.

- Eliminar las brechas digitales y todos los miedos que bloquean la libertad de la disidencia.

- Enfocar nuestro trabajo docente e investigador hacia el desarrollo humano, hacia la defensa del medioambiente sostenible y de los sujetos más vulnerables, hacia el valor de los valores, hacia la unión entre la ciencia y la ética, hacia la construcción de la persona tridimensional o dueña de la razón, del corazón y de la acción, eliminando la exclusividad de la racionalidad instrumental, deductivista y secamente cognitiva.

- Superar la dicotomía entre el valor profesionalizador y humanizador de nuestra formación universitaria, generando científicos, pero también ciudadanos críticos y comprometidos con la solución de los problemas que aquejan a la humanidad.

- Superar las competencias centradas exclusivamente en los resultados y en los éxitos avalados por el paradigma de las evidencias y dar paso a la sabia incertidumbre que sepa usar hipótesis de trabajo y no modelos cerrados.

- Crear redes que busquen la riqueza del consenso argumentado y que favorezcan la investigación en equipos o la comunicación tecnológica, interpersonal, grupal y comunitaria.

Los contenidos de la Universidad deberían centrarse en:

- Aquellos que favorezcan el cambio social y educativo.

- La interdisciplinariedad.

- La creatividad necesaria para abordar los problemas económico-socio-políticos y culturales que producen desigualdades e injusticias en la población humana y en el medioambiente.

Las metodologías por las que este Congreso aboga hacen hincapié en:

- El aprendizaje basado en problemas.

- Trabajo en grupos y trabajo por proyectos en torno a los cuales se subsuman diversificados y abundantes contenidos interdisciplinares.

- Aprendizaje cooperativo.

- Aprendizaje servicio.

- Aprender investigando.

- El uso de la pregunta que estimula respuestas democráticas, imaginativas y fundamentadas.

- Aquellas que rompan el binomio teoría-práctica.

- Aquellas que hagan intervenir a los alumnos, como los denominados métodos activos de la Escuela Nueva.

- Enseñanza apoyada en las Nuevas Tecnologías, que exigirá un conocimiento de su manejo y una crítica al riesgo de supeditar la ética de los fines educativos a la seducción de su uso omnipresente.

- Aceptación de las técnicas expresivas y comunicativas como el cine, teatro.

- En cuanto a las metodologías de investigación se enfatizan los relatos autobiográficos y narrativos, la investigación-acción participativa, los estudios de casos que facilitan la observación minuciosa y el uso de entrevistas en profundidad.

- Se apuesta por la pérdida del miedo para innovar y para buscar nuevos cauces e instrumentos de enseñanza y nuevas perspectivas epistemológicas: el juego, la seducción, el aprendizaje socioafectivo, la simulación, el aprendizaje colectivo, debates grupales y discusiones asamblearias, etc.

- Metodologías dialógicas que adquirirán mayor valor si se conciben dentro de la experiencia de las Comunidades de Aprendizaje.

Los recursos enfatizados por este Congreso se resumen en:

- El uso de las denominadas TIC. Recursos ciertamente propios y caracterizadores de nuestro momento histórico. 

- A este respecto se hacen las siguientes acotaciones:

      * Se resalta un principio que debe regir su utilización y que se concreta en “compensar los procesos de exclusión social”, ya que si hablamos de brecha digital debemos vincularla y asociarla a la brecha social. 

      * Las instituciones, por tanto, han de garantizar la alfabetización digital y el acceso a las nuevas tecnologías. 

      * Queremos buscar la formación de una ciudadanía responsable, activa y crítica y no sólo la competencia comunicativa. 

      * Los asistentes al Congreso manifiestan explícitamente que el profesorado no debe tener miedo al uso de las tecnologías; pero con la misma fuerza y convencimiento resaltan que se trata de utilizar los medios como aliados, no como ejes vertebradores del proceso de enseñanza-aprendizaje. 

La organización de los espacios y los tiempos de la Universidad que queremos se debería caracterizar por:

- Ser consecuente con los objetivos que esa misma Universidad por nosotros deseada pretende. Por ello:

      * Pensamos que el proceso educativo no sólo usa de las aulas, también de la calle, de la ciudad, del medioambiente.

      * Las sesiones deben ajustar su tiempo no a un horario rígido e inmutable, sino ser flexibles y supeditarse a los métodos necesarios para que el aprendizaje se producta adecuadamente.

      * Las salidas, la excursiones y el contacto con los objetos y experiencias educativas pueden suponer un valor añadido a la constancia y a la atención propiciadas por el uso de las aulas o espacios arquitectónicos tradicionales.

      * El uso de las redes sociales y mediáticas proporcionan nuevos espacios y nuevos tiempos que habrá que saber aprovechar para el éxito de los procesos educativos. 

La evaluación que este Congreso aconseja se caracteriza:

- Por ser una evaluación que educa a educador y educando a través de la búsqueda de datos por medio del diálogo y la comunicación.

- Por huir de la evaluación castigo para pasar a la evaluación tutorial y orientadora que ayuda a superar las dificultades personales, familiares, aulares y sociales.

- Por romper el miedo a la evaluación que debería ser usada con frecuencia para mejorar cada uno de nuestros actos constitutivos del proceso enseñaza-aprendizaje, en un continuo feedback entre alumno-profesor.

Por fín, el XIII Congreso de la AUFOP, excelentemente gestionado por la Universidad de Cantabria no se ha olvidado del elemento clave de la enseñanza-aprendizaje como es el binomio profesor-alumno:

- Se aboga por un profesor acompañante, investigador, profesionalmente competente, comunicativo, didácticamente preparado, epistemológicamente crítico, educador y, por tanto, persona adornada de valores éticos, conocedor de la realidad social y claramente comprometido con la transformación que busca la mejora no sólo de la enseñanza y de sus alumnos, sino también de toda la humanidad.

- Se quiere un profesor que analiza el entorno, lo juzga a la luz de los Derechos Humanos y se compromete con ellos junto a sus alumnos, a través de un enfoque científico de sus respectivas asignaturas o áreas del conocimiento acorde con estas premisas.

- Se trata de un profesor que sabe que la verdad no es sólo construida por la razón, sino también por el corazón, por la emoción y los sentimientos, por la ética y por la estética, puesto todo ello al servicio de los intereses del Bien Común.

- El alumno que se desea educar sería una persona profesionalmente competente y socialmente comprometido en la línea que describen las características del profesor anteriormente dibujado.

- Un alumno que no por seguir las metas de los valores universalmente consolidados dejará de ser autónomo, original y buscador de nuevos planteamientos, acordes con los nuevos periodos históricos que le tocará vivir.

- Se trata, por tanto, de que el propio alumno, ciertamente ayudado por sus educadores, logre por sí mismo una personalidad crítica, capaz de distinguir lo éticamente correcto de la cascarilla competitiva que la sociedad del consumismo impone como meta ideal a través del pensamiento único, centrado éste en el supremo valor del mercantilismo economicista.

Como prueba de este planteamiento integral del alumno, del profesor y de la Institución universitaria, una de las mesas propuso la constitución, a largo plazo, de una plataforma estatal, denominada “Universidad Comprometida” y compuesta de grupos de alumnos y profesores, dispuestos a promover el valor de la responsabilidad social entre los universitarios de todo el Estado Español. El primer grupo de esta plataforma sería el constituido por los miembros asistentes a este Congreso que libremente se apunten. La coordinadora de la mesa 5 se encargará de enviar la primera lista con el deseo de que otros grupos de otras universidades la vayan completando. El tiempo irá aconsejando la conveniencia de celebrar, a su hora, un encuentro estatal que aglutine a estos grupos de la “Universidad Comprometida”, aprovechando la existencia de Asociaciones de Voluntariado u otras entidades que ya se vienen decantando por esta idea.

No se han terminado nuestras reflexiones sobre la Universidad que deseamos seguir construyendo con nuestra entrega profesional.Tras este santanderino XIII Congreso, la AUFOP seguirá pensando en el XIV. Desde aquí se abre la convocatoria a todas las universidades que deseen gestionarlo para el año 2016. Pueden dirigirse para ello a la siguiente dirección electrónica de nuestro incansable compañero, secretario de la aufop y editor de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (RIFOP), José Emilio Palomero Pescador: emipal@unizar.es

Si algo nuevo caracteriza al momento presente de los inicios del Siglo XXI es la invasión de las Nuevas tecnologías que se han configurado como una de las causas que han originado la sociedad de la globalización, de la homogeneidad y del diccionario universal de Internet. Como en cualquier invento tecnológico descubrimos ventajas y peligros. Esta observación nos hace ser críticos sin rechazo y cautos con valentía para afrontar la novedad. El criterio para salir victoriosos se centrará en saber partir de la realidad social para superar las heridas de la injusticia y adherirnos a las metas señaladas en los Derechos Humanos. Defender éstos hasta que sean alcanzados por las mayorías se constituirá en nuestro ideal docente y nos ayudará a encauzar la eficacia de la técnica, puesta al servicio del Bien Común.

Si este es el retrato deseado de la Universidad que soñamos, justo será deducir que hacia ese papel tenderán nuestras actuaciones. Por eso, lo hasta aquí dicho se propone como conclusiones de compromiso al que nos ha estimulado este XIII Congreso de la AUFOP, puesto en escena con tanto atino, excelente organización y aún mejor entrega a la causa de la formación del profesorado, por nuestros compañeros de la Universidad cántabra, a través de la Facultad de Educación y aún más concretamente a través del Departamento de Educación.

No es extraño, por tales motivos y circunstancias, oír de boca de una de las mesas las siguientes expresiones con las que cerraban su entrega de conclusiones, respondiendo a la pregunta ¿Qué me llevo y qué siento tras este encuentro? 

He aquí sus palabras:

- Nos llevamos buena impresión de los demás, emoción y felicidad por compartir.

- Nos llevamos esperanza de ver que desde diferentes ámbitos resistimos; nos llevamos ideas fruto de un pensamiento colectivo.

- Aprendimos a trabajar a partir de lo que nos une, aunque nos separen kilómetros. Transitamos diferentes caminos pero con un punto común: mejorar.

- Aprendimos a enaltecer el significado de lo que es la educación y el profesor.

- Aprendimos que desde nuestra trinchera podemos favorecer el cambio.

- Aprendimos que todavía no ha terminado la lucha por la independencia del conocimiento. Tenemos un poder en nuestras manos del que no nos hemos dado cuenta.

- Aprendimos que siempre hay posibilidad de ir más allá y compartir con los demás.

Santander, 22 de noviembre de 2014.

AUFOP y Universidad de Cantabria


Clausura del XIII Congreso Internacional de Formación del Profesorado. Lectura de las conclusiones


Hoy viernes, 28 de noviembre de 2014, el blog aufop superará las quinientas mil visitas

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Datos estadísticos del blog aufop tomados a las 24 horas del 27/11/2014

Una última moda, asfixiante, exige a estudiantes y profesores sumergirse en una dinámica de estrés incompatible con la reflexión, la autonomía y el compromiso social (Universidad y movimientos sociales, rifop 80)

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"Son los movimientos sociales los que mantienen viva la llama de la esperanza, señalando los problemas que se sufren en la calle y los retos pendientes para la construcción de un mundo mejor. La universidad necesita ese alimento para revitalizarse, para plantar cara y gritar que va siendo hora de las decisiones basadas en la sabiduría. En pequeños sectores es un clamor que la universidad tiene que estar en la calle, pero ésta resulta invisible para el grueso universitario. No en vano, la universidad se ha construido desde un imaginario academicista que encuentra su mejor caldo de cultivo entre muros cubiertos por libros. 

A esa ausencia de la calle hay que añadir una última moda, asfixiante, que exige a estudiantes y profesores sumergirse en una dinámica de estrés incompatible con la reflexión, la autonomía y el compromiso social, y que les empuja al sueño imaginario de ser los mejores, un destino fatal al que la insensatez del sistema se afana en abocarnos. El estudiantado es instruido, mediante férreos horarios y un sistema de exámenes mal denominados evaluación continua, hacia la competición, la adaptabilidad y la priorización de una salida laboral siempre frágil. El profesorado es reducido a una máquina de publicar en revistas indexadas en el Journal Citation Index como condición necesaria para su existencia laboral. Todo ello aderezado con los omnipresentes listados de rankings. Estos mecanismos hacen que personas e instituciones hipotequen su existencia en una lucha continua por llegar y mantenerse en posiciones eternamente disputadas. 

Frente a este panorama tan poco halagüeño, se escucha una voz de fondo que exige una universidad comprometida con la eclosión de otros mundos posibles, centrados en la promoción del bien común. 

La confluencia entre universidad y movimientos sociales puede abrir la puerta a la esperanza de una vía mixta decididamente orientada a un mundo mejor".

(Texto tomado de la monografía sobre "Universidad y movimientos sociales", tal como figura en la solapa del número 80 de la rifop. Accede desde aquí a la versión preprint de la misma. Próximamente estará disponible el texto completo de esta monografía en formato pdf y en formato impreso).

Universidad y movimientos sociales: Accede desde aquí al pdf a texto completo del número 80 de la rifop

Full text. Accede al pdf completo de los ocho últimos números de la rifop

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Revista Electrónica Interuniversitaria 
de Formación del Profesorado (reifop)
Imagen visual: Jose Palomero

















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Actas a texto completo del XIII Congreso Internacional de Formación del Profesorado (AUFOP): "Investigar para acompañar el cambio educativo y social. El papel de la Universidad"

Google Académico ha recogido en 2014 un total de 879 referencias de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado

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A lo largo del último año, más en concreto desde el 1 de enero de 2014 hasta el 25 de enero de 2015, la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado [en sus versiones impresa (RIFOP) y electrónica (REIFOP)] ha sido referenciada por Google Académico en 879 ocasiones.

Del conjunto de tales referencias:

- 533 corresponden a la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (RIFOP).

- 346 corresponden a la Revista ELECTRÓNICA Interuniversitaria de Formación del Profesorado (REIFOP).

Pulsar aquí apara acceder a todas y cada una de las citadas referencias.

"La Educación Inclusiva: reflexiones y experiencias para la mejora escolar", nueva monografía de la reifop, coordinada por Pilar Arnaiz (Universidad de Murcia) y Gary Bunch (University of York)

Lo que el ministro Wert ha hecho por la Universidad

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El caos

































1.- Subir las tasas de matrícula

2.- Recortar la inversión en investigación

3.- Endurecer los requisitos para obtener becas

4.- Eternizar la precariedad del profesorado

5.- Provocar un auténtico caos con su polémico decreto 3 + 2

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A la comunidad universitaria, saturada de cambios normativos, tan solo le faltaba tener que soportar de forma simultánea tres estructuras diferentes de titulación:

1) Las viejas licenciaturas de cinco años, que aún no se han extinguido totalmente,

2) Los nuevos grados de cuatro años, el sistema 4 + 1, que aún está en proceso de implantación y que todavía no ha sido evaluado,

3) Las nuevas licenciaturas de tres años, el sistema 3 + 2, que pretende activarse de forma totalmente inoportuna en un año electoral. 


Bien podría suceder que el gobierno que surja de las urnas, en un futuro ya próximo, decidiese retocar por enésima vez y tan solo unos meses más tarde, el rumbo de la universidad... 

Por todo ello hace bien la CRUE retrasando hasta el curso 2017-2018
 la implantación del sistema 3 + 2, los novísimos grados de tres años seguidos de un máster de dos cursos. Una estructura que en la propuesta de Wert es compatible con el sistema 4 + 1, puesto que se deja libertad a cada universidad para que opte por una fórmula u otra; o por el modelo 3 + 2 para determinadas carreras y el patrón 4 + 1 para las restantes. Una tormenta perfecta, un caos institucionalizado en el Boletín Oficial del Estado.  

Encuentro Internacional sobre ParticipAndo infancia y ciudad (Universidad de Camagüey, Cuba, 30 marzo -1 de abril 2015)

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Estimadas compañeras, estimados compañeros:

Queremos comunicar la celebración de ParticipAndo2015, Encuentro Internacional sobre participación de la infancia y ciudad, que se realizará en Camagüey, Cuba, entre el 30 marzo y el 1 de abril. Puedes acceder a la información a través de nuestra web (pulsar aquí). Un marco ideal, Patrimonio de la Humanidad, para una iniciativa innovadora y diferente.

El motivo central parte de la situación de la infancia en muchos países, que está centrifugada y apartada de cualquier esfera de decisión en la vida pública en las ciudades, barrios, escuelas, etc. Es considerada mero sujeto pasivo tan solo a proteger y se la mantiene indolente y ajena a la realidad en la que también viven, privando de su derecho a una ciudadanía plena mientras alcanza determinada edad (y al conseguirla, es depositaria de repente de múltiples obligaciones y responsabilidades). Además de la injusticia que esto supone, las experiencias realizadas con niñas y niños en cualquier ámbito han mostrado que sus visiones y aportaciones son en muchas ocasiones brillantes, inclusivas e integradoras, modernas, ecológicas y lógicas, etc. Y como sociedad, estamos desaprovechando ese potencial.

Uno de los pilares de la idea lo constituye el fundamento del proyecto internacional "La ciudad de los niños", impulsado por Francesco Tonucci (FRATO), que también participa en nuestro evento.

El Encuentro pretende ser un espacio diferente de reflexión intergeneracional, multidisciplinar y transversal, en el que de forma periódica y activa infancia y adultos podamos debatir en torno a la participación y la creación de tiempos y espacios comunes.

Por ello, se contará con la participación activa (e interactiva) de niñas y niños de diferentes centros educativos de Camagüey, en plazas y espacios públicos, en lugares culturales, etc., además de otras sesiones más acordes con la estructura de un evento científico. Una estructura muy diferente a los eventos habituales, con un fuerte componente cultural (teatro, danza, magia, música, pintura, etc.) como parte fundamental de la estructura.

Las temáticas afines a la iniciativa son amplias y se pueden citar Educación, Salud, Urbanismo, Arquitectura, Ingeniería Civil, Movilidad, Estudios Socioculturales y humanísticos, Derecho, Psicología, Arte, Informática o Comunicación. Como contenidos transversales, se encuentran la perspectiva de género, la ecología, la educación para el desarrollo, la cultura de paz, los derechos humanos, etc. Se trata, en definitiva, de reflexionar con (y no sobre) la infancia, aprendiendo mutuamente.

Para orientar los debates, contamos con la presencia de FRATO como hemos referido y del artista cubano Juan Padrón. Además, tenemos la presencia -aún provisional- de Joaquín Lavado (mundialmente conocido como Quino), el "papá" de la genial Mafalda.

Como auspiciadores, nos hemos sumado a la iniciativa la Universidad de Camagüey, anfitriona; las universidades españolas de Granada, Sevilla, Valladolid y Autónoma de Madrid; la Universidad Nacional Autónoma de México; la Universidad Nacional de Costa Rica; la Universidad Autónoma de Nuevo León (México) y la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador). Además, colabora la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci (pulsar aquí) y están sumándose varias organizaciones más. 


Los trabajos presentados (investigaciones, ensayos, cortometrajes, fotografías, planos, etc.), se publicarán oficialmente en un monográfico en una editorial del máximo nivel euroamericano; en una revista indexada y en una publicación específica con ISBN internacional, que será de distribución masiva.

Agradecemos mucho que se pueda compartir la información con cualquier persona que pueda tener interés en participar.

Quedamos a vuestra disposición para cualquier duda o consulta en participando2015@gmail.com y ojalá que podamos compartir esta ilusión en persona.

Un saludo afectuoso latinoamericano

José Luis Villena (Universidad de Granada, España) y Sandro Martínez (
Universidad de Camagüey, Cuba),

Visitantes diarios de la página oficial de la aufop -aufop.com- según website informer (1.068)

Orientación en acción, nueva monografia de la reifop. Próximamente en línea a texto completo

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Portada del número 51 (18.2) Abril 2015 de la REIFOP, en la que publicamos una monografía titulada "Orientación en acción", coordinada por Benito Echeverría Samanes (Universidad de Barcelona) y Pilar Martínez Clares (Universidad de Murcia)


Estará disponible en línea próximamente.


La Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado encabeza la producción de artículos españoles sobre investigación-acción en la formación de profesores

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M.ª Jesús Romera-Iruela, en Revista Española de Documentación Científica
















María Jesús Romera-Iruela destaca, en un trabajo publicado en 2011, que la Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado (rifop), es la publicación más relevante en la producción científica de artículos sobre investigación-acción. Los 217 artículos identificados se han publicado en 67 revistas, siendo la rifop la revista nuclear, con un 20,3% del total:

"El título nuclear es Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado. Con ella y con su versión electrónica, que está en cuarto lugar, se pueden recuperar el 20,3 % del total de los artículos. En la segunda posición se sitúa Cuadernos de Pedagogía, con 15 artículos. La tercera posición la ocupa otra revista especializada, Investigación en la Escuela, con 13 trabajos. El quinto y el sexto lugar, con igual aportación (8 artículos), lo alcanzan la Revista de Educación y la Revista de Investigación Educativa. En los rangos séptimo y octavo están una revista especializada en enseñanza de las ciencias y otra en Educación Física. Estas ocho revistas posibilitan la obtención del 46.1 % de los trabajos. La distribución de los artículos en las publicaciones periódicas se ajusta a la Ley de Bradford (tabla V). La primera zona está constituida por 3 revistas, la segunda por 11 (3 × 4) y la tercera por 53 (3 × 42 ). Las revistas que conforman la segunda zona son, junto con las de los rangos 4 a 8 de la tabla IV, 4 (Aula de Innovación Educativa, Bordón, Enseñanza. Anuario Interuniversitario de Didáctica y Revista de Psicodidáctica) con 5 artículos y 2 (Anales de Pedagogía y Revista Española de Pedagogía) que aportan 4" (pp. 608-609).


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